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Educación y calor humano: los recursos cuando faltan recursos
28/01/2020
Reportaje sobre el proyecto solidario de Fundación ONCE en los campamentos de refugio saharauis. Publicado en el nº 3 de la Revista Encuentro del año 2019.
SALUD MENTAL ESPAÑA se ha embarcado en un proyecto solidario, liderado por la Fundación ONCE, que aspira a cambiar estructuralmente la atención a la discapacidad en los campamentos de refugiados saharauis. Durante tres días, un grupo de representantes de varias organizaciones del sector de la discapacidad visitó varios de estos asentamientos, para conocer la realidad y las necesidades de las personas con discapacidad sobre las que empezar a colaborar.

Foto de familia con Brahim Gali (en el centro de la foto) Presidente de la República Árabe Saharaui Democrática
Es martes, 5 de noviembre de 2019, 12.30 horas. Del aeropuerto Madrid-Barajas despega el vuelo AH/JBSU4W de la compañía Air Algerie y con él un proyecto pionero, liderado por la Fundación ONCE, integrado por otras nueve entidades del sector de la discapacidad, y cuyo objetivo es generar y consolidar una red de colaboración directa con el Sahara que permita el desarrollo de la atención a las personas con discapacidad en los campamentos de refugio saharauis en Tindouf, Argelia.
Entre estas entidades se encuentra la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA que, con su participación en este proyecto, busca aportar al abordaje de los problemas de salud mental.
Se trata del primer viaje programado dentro de esta iniciativa “del que sobre todo aspiraba, como primera toma de contacto, conocer la realidad de las personas que viven en las Wilayas (denominación para los núcleos urbanos en los campamentos), aprender de su forma de trabajar y abordar los problemas de salud mental y, a partir de ahí, comenzar a construir un programa de colaboración”, explica Celeste Mariner, directora ejecutiva de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA y representante de esta organización en la expedición.
Mariner destaca la transversalidad con la que afectan los problemas de salud mental a la población saharaui, como principal factor a tener en cuenta a la hora de empezar a trabajar. “A diferencia del resto de casos de discapacidad que conocimos”, señala la directora de SALUD MENTAL ESPAÑA, “los problemas de salud mental se perciben en todos los ámbitos y entornos, fruto de las circunstancias en las que viven estas personas desde hace 44 años”.
“…los problemas de salud mental se perciben en todos los ámbitos y entornos”.
Hasta 1975, el Sahara era la provincia 53 del Estado español. En noviembre de ese año, el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya reconoce el derecho de autodeterminación del Sahara Occidental y su independencia soberana de Marruecos y Mauritania. Un fallo ante el cual Marruecos, aprovechando la debilidad de la dictadura franquista, bombardea e invade los territorios saharauis, para controlar sus recursos mineros y pesqueros, así como una posición geopolíticamente estratégica. La ofensiva provoca miles de muertos, la separación de familias y la huida de miles de civiles que se asentaron en campamentos de refugio en Tindouf. Aquí habitan desde entonces, en una situación de falta de libertad y de bloqueo por parte de Marruecos, de dependencia absoluta de la cooperación internacional y de incertidumbre constante que afecta directamente a la salud mental de la población.
Uno de los objetivos de la visita a estos campamentos era precisamente observar cómo viven las personas con alguna discapacidad bajo estas circunstancias, de qué medios disponen y empezar a plantear estrategias de colaboración, de manera que se puedan desarrollar y mejorar los servicios de atención y asistencia.
Para ello, durante los tres días de viaje, la expedición visitó las wilayas de Auserd, Bujador y Smara, donde, tras varios encuentros institucionales con responsables del Gobierno Saharaui en materia de Educación, Sanidad, Servicios Sociales, Equipamiento y Presidencia, tuvo la oportunidad de conocer a algunas familias y su convivencia diaria con la discapacidad.
Celeste Mariner destaca el “importantísimo” papel que juega la comunidad en el abordaje de la discapacidad. “Las personas con discapacidad cuentan con un gran apoyo de su entorno. Ninguna persona se queda al margen y quien no tiene familiares es acogida por otras familias o personas cercanas. El calor humano suple, en muchas ocasiones, la falta de medios. Hace que sea posible una mayor esperanza de vida, y de hecho, es un aspecto que valoramos con insistencia, animándoles a que no lo perdieran”, resume Celeste. En materia de salud mental, Mariner menciona también el acompañamiento que hace la familia a la persona con un trastorno mental que es ingresada por una crisis, “quedándose y viviendo con ella en el hospital hasta que se recupera“.
“El calor humano suple, en muchas ocasiones, la falta de medios. Hace que sea posible una mayor esperanza de vida”

Celeste Mariner, en el centro de la foto, junto a responsables del Departamento de Salud Mental del Sahara
No obstante, la implicación comunitaria es evidentemente insuficiente, y la escasez de recursos técnicos, pero sobre todo profesionales, es uno de los principales obstáculos para poder avanzar en el abordaje de la discapacidad en general, y de la salud mental en particular. Actualmente, existe un hospital para las cinco wilayas existentes, con capacidad solo para veinte personas y en el que trabajan una psicóloga, dos enfermeros y dos personas de seguridad, “de ahí que vayan en compañía de la familia que apoya en los cuidados básicos”, añaden desde la organización Mundo en Movimiento, que lidera el proyecto Sahara en Mente, ideado para conocer las realidades y necesidades en salud mental de este pueblo.
Respecto a los recursos profesionales, una de las principales preocupaciones está relacionada con la dificultad para hacer diagnósticos, ya que, según explica Mariner, carecen de la formación necesaria y, en consecuencia, les es difícil saber qué le ocurre a la persona y cómo abordar el problema. “No cuentan con profesionales de la Psiquiatría, solo con psicólogos y psicólogas sociales. Muchas familias, además, viven la discapacidad como algo temporal, por lo que no identifican ni asumen que tienen un problema y, por tanto, no detectan la necesidad de pedir ayuda”, añade Mariner.
En el caso de la salud mental, y tal y como expresaron los y las profesionales, a las dificultades relacionadas con la escasez de recursos y de conocimientos se suma el estigma que rodea a los problemas de salud mental. Esta estigmatización provoca que muy pocas personas se atrevan a asistir a terapia y aquellas que acuden, lo hacen a escondidas, bajo un disfraz para no ser reconocidas, e incluso, algunas prefieren ir al domicilio particular del o la psicóloga para que no les vean entrar en la consulta. En cualquier caso, la asistencia a terapia se convierte en la última opción después agotar todas las vías de la medicina tradicional e incluso la religión.
La educación, eje central para una buena salud mental
La separación de familiares, la situación constante de hostigamiento, aislamiento, de vulneración de derechos, incertidumbre y de falta de esperanza en un futuro próspero, constituyen circunstancias comunes que afectan a toda la población saharaui, provocando la aparición y el agravamiento de los problemas de salud mental en todas las etapas de la vida.
Por este motivo, el pueblo saharaui encuentra en la educación una herramienta de prevención para una buena salud mental, otorgándole un papel prioritario en la vida de la población infantil y juvenil. De hecho, en los campamentos la escolarización es obligatoria, hasta el punto de que la propia policía participa para evitar el absentismo escolar.
Según apunta Celeste Mariner, el pueblo saharaui entiende que solo mediante la educación las generaciones más jóvenes podrán seguir luchando por sus derechos e intentar salir de la situación en la que se encuentran, y manejar las sensaciones de frustración o enfado desde un plano pacífico.
Es sábado, 9 de noviembre de 2019. El grupo regresa a Madrid con un importante cargamento de ideas para comenzar a colaborar con el pueblo saharaui. En las wilayas también se quedan con buenas sensaciones y un ánimo optimista. Como trasladó Jira Bulahi, delegada de la República Árabe Saharaui Democrática para España, “esta visita ha sido una inyección de moral para muchas personas, una apuesta por la justicia y un punto de partida para una relación cuya carga humanitaria la hace singular y sumamente importante”.
A este viaje asistieron: José Luis Martínez Donoso, Director General de la Fundación ONCE; Teresa Palahí Juan, Secretaria General de la Fundación ONCE; Enrique Galván Lamet, Gerente de Plena Inclusión España; Elena Antelo García, Directora Gerente de COCEMFE; Marisol González Acedo, Directora General de la Fundación CNSE; Raquel Prieto Martínez, Gerente de FIAPAS; Andrés Castello Kasprzycki, Director Gerente de ASPACE; Jesús García Lorente, Gerente de Confederación Autismo España; Agustín Matia Amor, Director Gerente de Down España; Celeste Mariner Zambrana, Gerente de Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA; Susana Martín Polo, Directora Gerente de la Fundación del Lesionado Medular; Javier Albor González, Responsable del Departamento de Innovación Social; Alberto Vaquero Cerezo, Responsable del Departamento de Operaciones de Fundación ONCE.
Reportaje publicado en el nº 3 de la Revista Encuentro, 2019.
Para más información puedes leer el estudio monográfico sobre la salud mental en los campamenos saharauis, editado por la organización Mundo en movimiento, «Sahara en mente: un acercamiento a la atención en salud mental«.