“Dibujar lo que siento es un gran alivio, es como quitarse una astilla”
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[post_date] => 2016-07-15 12:59:14
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[post_content] => Tu libro es una autobiografía increíblemente honesta ¿no te daba miedo “salir del armario” y decir públicamente que tenías un trastorno mental? ¿Qué te empujó a hacerlo?
¡Sí, me aterraba! Pero sentí que hacerlo era importante para mí por varias razones. Esperé hasta haber estado estable durante algunos años, hasta que sentí que tenía perspectiva, ya que sabía que sería difícil sentirse vulnerable tanto social como profesional y emocionalmente. Pero quería compartir lo que había aprendido, y las herramientas específicas que encontré, con otras personas que están lidiando con un diagnóstico de trastorno bipolar, especialmente las recién diagnosticadas.
Quería ayudar también a sus seres queridos y a los cuidadores a hacerse una idea de cómo puede ser la vida interior de una persona con trastorno bipolar. Algunos recuerdos eran extremadamente importantes para mí y quería ofrecer a mis lectores compañía y esperanza, y hacerlo de una manera que honrara a los autobiógrafos que me han ayudado.
También quería investigar a fondo el concepto de "artista loco", y averiguar lo que eso significaba, saber lo que era verdad y lo que era un mito. También, como dibujante, soy una “contadora de historias”, y esta era una historia dentro de mí que quería contar.
¿Te has sentido estigmatizada tras expresar que tenías trastorno bipolar?
No. Nunca me he sentido menospreciada. O al menos nadie me ha dicho nada a la cara...
Yo había mantenido bastante oculto mi trastorno antes de “Majareta” y ni siquiera hablaba de ello cuando estaba ya casi terminándolo, sólo decía que estaba “trabajando en un libro”. Cuando entregué las páginas finales a mi editor, me di cuenta de que debía empezar a hablar de ello y acostumbrarme a lo que pasaría cuando se lanzara el libro.
Aprendí una gran lección en ese momento. Para contestar a quien me preguntara sobre el libro, tenía memorizada una larga respuesta: “Trata sobre el trastorno bipolar. En realidad son unas memorias sobre lo que ser bipolar ha significado para mí como artista, y presento a otros artistas y escritores que han tenido trastornos del estado de ánimo a lo largo de la historia, y sobre los estudios que correlacionan los trastornos del humor y la creatividad".
Pero incluso explicando en lo que estaba trabajando, yo iba tener que salir a la luz. Pero lo que hacía era hablar y hablar para desviar la atención de mí misma. Sin embargo pronto aprendí que ni siquiera tenía que hacer eso. Con quien fuera que hablase, no hablábamos del libro mucho tiempo, la otra persona casi siempre empezaba a contarme su propia experiencia con la depresión, o de alguien de su familia o cercano a ellos. Así que me di cuenta incluso antes de que saliera el libro que nadie se sorprendió o pensó que yo fuera rara, y que no tenía por qué tener miedo o vergüenza o sentirme vulnerable, al revés, la gente pensó que yo era fuerte por hablar de todo ello.
¿Crees que poder expresarte mediante el dibujo ha sido terapéutico para ti?
Absolutamente. Entre otras cosas, dibujar lo que siento me permite exteriorizarlo, y de alguna manera es un gran alivio, es como quitarse una astilla. Sigo dibujando para exteriorizar mis sentimientos aunque no tenga los mismos problemas, ya que he estado estable durante años. Hace unos meses estaba luchando contra una migraña y dibujé mi cuerpo tirando de un vagón en el que estaba mi dolorida cabeza. Fue un enorme alivio expresarlo en el papel. Luego lo publiqué en Facebook y gustó mucho.
Una de mis partes favoritas del cómic es en la que hablas con tu yo más joven, y creo que tu experiencia puede ayudar a muchas otras personas…
¡Eso espero! Además esa escena fue una forma de cumplir un sueño insatisfecho, el poder decirme a mí misma qué esperar.
¿Qué le dirías a una persona a la que acaban de diagnosticar un problema de salud mental?
Es una pregunta difícil. Yo siempre enfatizo que la historia de cada uno es distinta, por lo que cada persona tiene necesidades y reacciones diferentes. Me gustaría sobre todo decirles que no están solos, que tienen mucha compañía, y animarles a encontrar todo aquello que les dé esperanza. Para mí fue escribir mis memorias y la confianza en mí psiquiatra.
¿Y a un familiar?
¡Ésta también es difícil! Una vez más las relaciones de cada uno son distintas. Dicho esto, les diría que se aseguren de que la persona sepa que es amada y apoyada, que aprendan acerca del trastorno mental (especialmente de relatos en primera persona como entrevistas, artículos y memorias), y que no asuman que saben cómo se siente la persona con el problema de salud mental, sabiendo que a veces no se puede hacer nada, salvo esas tres cosas y esperar.
¿En qué estás trabajando ahora?
Estoy haciendo cosas muy distintas. Ahora mismo estoy trabajando en unas series de comics para Google, en el montaje de otro libro y acabo de hacer dos grandes murales para la nueva estación de tren ligero de Seattle, un trabajo enorme.
¿Volverás a tratar la salud mental en algún otro proyecto?
Sí, esa es mi intención.
Más información sobre la autora en su web www.ellenforney.com (en inglés)
Puedes encontrar el cómic “Majareta” en español en Ediciones la Cúpula (www.lacupula.com), o solicitarlo en préstamo al Centro de Documentación de SALUD MENTAL ESPAÑA (contacta con documentacion@consaludmental.es o llama al 672 370 208)
Entrevista publicada en el número 1 de la Revista Encuentro de 2016.
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[post_excerpt] => La idea del artista atormentado lleva siglos en nuestro imaginario colectivo, pero, ¿existe una verdadera relación entre los trastornos mentales y la creatividad? ¿“Curarse” es incompatible con ser artista? Estas son algunas de las preguntas que la dibujante Ellen Forney se hace en “Majareta. Manía, depresión, Miguel Ángel y yo”, un libro que muestra en viñetas cómo es para ella tener trastorno bipolar y su lucha personal en busca de la estabilidad tras ser diagnosticada. Ellen vive en Seattle (Washington), y ha accedido a concedernos una entrevista a través de correo electrónico.
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“Dibujar lo que siento es un gran alivio, es como quitarse una astilla”
15/07/2016
La idea del artista atormentado lleva siglos en nuestro imaginario colectivo, pero, ¿existe una verdadera relación entre los trastornos mentales y la creatividad? ¿“Curarse” es incompatible con ser artista? Estas son algunas de las preguntas que la dibujante Ellen Forney se hace en “Majareta. Manía, depresión, Miguel Ángel y yo”, un libro que muestra en viñetas cómo es para ella tener trastorno bipolar y su lucha personal en busca de la estabilidad tras ser diagnosticada. Ellen vive en Seattle (Washington), y ha accedido a concedernos una entrevista a través de correo electrónico.
Tu libro es una autobiografía increíblemente honesta ¿no te daba miedo “salir del armario” y decir públicamente que tenías un trastorno mental? ¿Qué te empujó a hacerlo?
¡Sí, me aterraba! Pero sentí que hacerlo era importante para mí por varias razones. Esperé hasta haber estado estable durante algunos años, hasta que sentí que tenía perspectiva, ya que sabía que sería difícil sentirse vulnerable tanto social como profesional y emocionalmente. Pero quería compartir lo que había aprendido, y las herramientas específicas que encontré, con otras personas que están lidiando con un diagnóstico de trastorno bipolar, especialmente las recién diagnosticadas.
Quería ayudar también a sus seres queridos y a los cuidadores a hacerse una idea de cómo puede ser la vida interior de una persona con trastorno bipolar. Algunos recuerdos eran extremadamente importantes para mí y quería ofrecer a mis lectores compañía y esperanza, y hacerlo de una manera que honrara a los autobiógrafos que me han ayudado.
También quería investigar a fondo el concepto de «artista loco», y averiguar lo que eso significaba, saber lo que era verdad y lo que era un mito. También, como dibujante, soy una “contadora de historias”, y esta era una historia dentro de mí que quería contar. ¿Te has sentido estigmatizada tras expresar que tenías trastorno bipolar?
No. Nunca me he sentido menospreciada. O al menos nadie me ha dicho nada a la cara…
Yo había mantenido bastante oculto mi trastorno antes de “Majareta” y ni siquiera hablaba de ello cuando estaba ya casi terminándolo, sólo decía que estaba “trabajando en un libro”. Cuando entregué las páginas finales a mi editor, me di cuenta de que debía empezar a hablar de ello y acostumbrarme a lo que pasaría cuando se lanzara el libro.
Aprendí una gran lección en ese momento. Para contestar a quien me preguntara sobre el libro, tenía memorizada una larga respuesta: “Trata sobre el trastorno bipolar. En realidad son unas memorias sobre lo que ser bipolar ha significado para mí como artista, y presento a otros artistas y escritores que han tenido trastornos del estado de ánimo a lo largo de la historia, y sobre los estudios que correlacionan los trastornos del humor y la creatividad».
Pero incluso explicando en lo que estaba trabajando, yo iba tener que salir a la luz. Pero lo que hacía era hablar y hablar para desviar la atención de mí misma. Sin embargo pronto aprendí que ni siquiera tenía que hacer eso. Con quien fuera que hablase, no hablábamos del libro mucho tiempo, la otra persona casi siempre empezaba a contarme su propia experiencia con la depresión, o de alguien de su familia o cercano a ellos. Así que me di cuenta incluso antes de que saliera el libro que nadie se sorprendió o pensó que yo fuera rara, y que no tenía por qué tener miedo o vergüenza o sentirme vulnerable, al revés, la gente pensó que yo era fuerte por hablar de todo ello. ¿Crees que poder expresarte mediante el dibujo ha sido terapéutico para ti?
Absolutamente. Entre otras cosas, dibujar lo que siento me permite exteriorizarlo, y de alguna manera es un gran alivio, es como quitarse una astilla. Sigo dibujando para exteriorizar mis sentimientos aunque no tenga los mismos problemas, ya que he estado estable durante años. Hace unos meses estaba luchando contra una migraña y dibujé mi cuerpo tirando de un vagón en el que estaba mi dolorida cabeza. Fue un enorme alivio expresarlo en el papel. Luego lo publiqué en Facebook y gustó mucho. Una de mis partes favoritas del cómic es en la que hablas con tu yo más joven, y creo que tu experiencia puede ayudar a muchas otras personas…
¡Eso espero! Además esa escena fue una forma de cumplir un sueño insatisfecho, el poder decirme a mí misma qué esperar. ¿Qué le dirías a una persona a la que acaban de diagnosticar un problema de salud mental?
Es una pregunta difícil. Yo siempre enfatizo que la historia de cada uno es distinta, por lo que cada persona tiene necesidades y reacciones diferentes. Me gustaría sobre todo decirles que no están solos, que tienen mucha compañía, y animarles a encontrar todo aquello que les dé esperanza. Para mí fue escribir mis memorias y la confianza en mí psiquiatra. ¿Y a un familiar?
¡Ésta también es difícil! Una vez más las relaciones de cada uno son distintas. Dicho esto, les diría que se aseguren de que la persona sepa que es amada y apoyada, que aprendan acerca del trastorno mental (especialmente de relatos en primera persona como entrevistas, artículos y memorias), y que no asuman que saben cómo se siente la persona con el problema de salud mental, sabiendo que a veces no se puede hacer nada, salvo esas tres cosas y esperar. ¿En qué estás trabajando ahora?
Estoy haciendo cosas muy distintas. Ahora mismo estoy trabajando en unas series de comics para Google, en el montaje de otro libro y acabo de hacer dos grandes murales para la nueva estación de tren ligero de Seattle, un trabajo enorme. ¿Volverás a tratar la salud mental en algún otro proyecto?
Sí, esa es mi intención.
Más información sobre la autora en su web www.ellenforney.com (en inglés)
Puedes encontrar el cómic “Majareta” en español en Ediciones la Cúpula (www.lacupula.com), o solicitarlo en préstamo al Centro de Documentación de SALUD MENTAL ESPAÑA (contacta con documentacion@consaludmental.es o llama al 672 370 208)
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