WP_Post Object
(
    [ID] => 35410
    [post_author] => 1
    [post_date] => 2018-01-18 14:10:50
    [post_date_gmt] => 2018-01-18 13:10:50
    [post_content] => Manuel Burque es actor, es cómico, es guionista, pero ante todo es una persona honesta. Estudió Comunicación Audiovisual en Salamanca, allí comenzó a hacer teatro y a interesarse y especializarse en interpretación y guión. Todo ello derivó en la comedia y en adaptar su trabajo a las necesidades para poder sobrevivir en un Madrid al que vino a probar suerte. Esto le llevó a pasar por diferentes trabajos y proyectos, hasta llegar a copresentar ‘Radio Gaga’, un programa de radio televisado que busca dar luz a diferentes realidades sociales y cuyo primer capítulo estuvo dedicado a la salud mental y fue grabado en la residencia comunitaria de ALFAEM Salud Mental León.
Manuel Burque junto a la caravana de Radio GagaEs verano, pleno julio, pero una tormenta nos ha sorprendido en la calle y sin paraguas. Vamos al encuentro de Manuel Burque, quien nos espera en una cafetería del madrileño barrio de Lavapiés. Es fácil reconocerle: sombrero con estampado de flores y una abundante barba pelirroja tras la cual se esconde una sonrisa que llama a la empatía. Un trago al café y comenzamos a charlar.
¿Cómo y cuándo decides dedicarte a este mundillo?
Bueno, yo estudié en Salamanca, hice Comunicación Audiovisual, desde adolescente quería dedicarme al cine. Primero empecé haciendo teatro, me comenzó a interesar la interpretación. Ya mientras hacía la carrera montaba obras de teatro y al llegar a Madrid las empecé a escribir y es cuando me interesé por la interpretación y el guión.
Todo ello derivó en la posibilidad de hacer comedia y en ir adaptando mi trabajo a las necesidades, para sobrevivir, una vez que me vine a Madrid. Todo esto me ha llevado a pasar por infinidad de trabajos, hasta llegar a ‘Radio Gaga’.
¿Por qué crees que pensaron en ti para este programa? ¿Qué pensaste cuando te lo ofrecieron?
Creo que soy un cómico que da un perfil muy honesto. La gente de la productora me escuchaba en ‘A vivir que son dos días’ con Javier del Pino y se fijaron en que mi perfil es lanzar comedia pero siempre desde una posición de honestidad y ternura. Aunque yo pueda ser duro como cómico e irreverente en muchas ocasiones, luego apenas que me conoces sabes que soy empático ante ciertas causas, que enseguida me implico, que me afectan las cosas. No soy ese típico cómico al que todo le pasa por encima y todo lo convierte en material. A mí hay injusticias que me afectan muchísimo. Entonces me vieron como un buen foco de escucha.
¿Crees que se puede hacer un formato con un corte tan social y con una finalidad tan sensibilizadora a través de las preguntas de dos cómicos (el programa lo copresenta con Quique Peinado)?
No es que seamos dos cómicos, porque no sólo somos cómicos. Somos dos personas con una faceta cómica, que hace que rebajemos todo lo pretencioso o melodramático que pueden tener las situaciones que contamos en el programa. Cuentas con dos personas que son simpáticas pero que luego tienen otros intereses y que tratan de empatizar con lo que está sucediendo.
Ambos estamos muy implicados con causas sociales, lo que hace que seamos muy sensibles para escuchar, pero como por otro lado tenemos esa faceta cómica, podemos rebajar todo el rato la importancia de las historias que nos cuentan, lo que hace que sea más fácil de escuchar para el espectador.
 

“Con esta experiencia aprendí algo muy importante: que las personas no son buenas o malas, dependen de sus circunstancias”.

  En el caso concreto de la salud mental, ¿cómo te enfrentas y qué piensas sobre lo que te vas a encontrar en ALFAEM Salud Mental León antes de llegar? Manuel Burque Radio GagaYo tengo dos bazas muy importantes: una es mi hermana, que hace una labor pedagógica en la familia desde que es muy pequeña para sensibilizarnos con un montón de causas y con muchas realidades como pueden ser los trastornos mentales, la discapacidad intelectual o las personas con problemas de drogas. Por otro lado, he estado investigando para un proyecto que tiene que ver con la discapacidad intelectual y, aunque no es lo mismo que los problemas de salud mental, me ha ayudado a sensibilizarme con una causa parecida en el sentido de que son personas que están en los márgenes, no se les da foco, no se les da altavoz. Entonces cuando yo llegué a ALFAEM ya iba con todo esto de la mano. Pero, además de ello, el programa cuenta con la magia de la radio y cuando la gente entra a la caravana inmediatamente se convierte en nuestro amigo, se siente como que está en casa. Te olvidas de cuál es el tema que vas a tratar, no hay una voluntad consciente de generar conciencia, se trata más de escuchar a un amigo. ¿Cambia tu perspectiva sobre la salud mental tras tres días conviviendo en ALFAEM Salud Mental León? Hay una cosa que hablé mucho con Quique, que es: es increíble que exista esto. Esto hace 100 años nadie lo hubiese creído. Hemos llegado a un punto en la sociedad en el que una asociación de carácter público se dedica a cuidar y dar oportunidades a personas que en otro momento de la historia jamás las tuvo. A mí me impresionó que esto haya sido montado por familias, que haya surgido a partir de una falta de recursos y de atención a un colectivo. Que haya gente ahí, recibiendo ayuda generosa de gente que ya no es su familia, es decir, que ahora estén dando cobertura a otras personas que no son sus familiares, impresiona muchísimo. Además he de decir que yo me lo esperaba más como un psiquiátrico, no como un centro de salud mental. Y me sorprendió que la filosofía allí es conseguir que las personas sean lo más independientes posibles: te voy a dar las herramientas necesarias para que puedas hacer una vida lo más normalizada posible.  

"Creo en el humor y en la regeneración que provoca. Yo empiezo a entenderlo casi como si fuera química".

  ¿Qué es lo que más te impactó o cuáles han sido los estigmas más radicales que has conseguido romper gracias a esta experiencia? Con esta experiencia aprendí algo muy importante: que las personas no son buenas o malas, dependen de sus circunstancias. Muchas veces prejuzgamos a gente que vemos por la calle y les ponemos una etiqueta de bueno o malo sin saber de dónde viene. Entonces entendí que hay mucha gente en situaciones complicadas que han vivido una infancia terrible, que no tuvieron la culpa de nada y a la cual, eso, le ha podido generar un trastorno mental o una dependencia a las drogas, por ejemplo, desde muy temprana edad y todo ello deriva en actuar de una forma de la que no es culpable. La sociedad tiene que entender que la gente no es buena o mala, si no que viene de donde viene. Y esto pasa en ALFAEM. De repente empiezas a revisar a gente a la que has juzgado y a la que has etiquetado y dices: lo mismo esta persona ha tenido un problema de salud mental y yo lo etiqueté, lo juzgué, lo metí en un paquete y lo envié a la parte de ‘los malos’. En resumen, ir a ALFAEM me ha ayudado a romper con muchos prejuicios, muchos estigmas y me ha ayudado a saber tolerar. Manuel Burque ALFAEM Salud Mental León¿Crees que con el programa que hicisteis dedicado a la salud mental habéis conseguido cambiar conciencias en todas aquellas personas que os vieron? Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, dijo una vez en una entrevista que más que las leyes, lo que cambia a una sociedad son los movimientos, los colectivos y la cultura. Hace más por la tolerancia de un colectivo una película que una ley. En concreto, el capítulo de ALFAEM ha impactado tanto a la gente que yo creo que la próxima vez que se encuentren a una persona en estas circunstancias van a acordarse de los protagonistas de ‘Radio Gaga’ en la residencia de ALFAEM. Vamos a generar ecos. Les hemos dejado un ‘troyano’ en la cabeza que va a provocar que la próxima vez que estén ante una situación similar, actúen de otra manera.  

"Ahora entendemos muchas cosas como normales que antes eran impensables".

  Retomamos el tema del humor: ¿Se puede hablar de salud mental desde el punto de vista del humor sin llegar a ser hiriente?, ¿puede esa fórmula funcionar para sensibilizar? Yo creo en el humor y en los no límites del humor y creo en la regeneración que provoca. Yo empiezo a entender el humor casi como si fuera química. Es verdad que uno cuando padece algo ya tiene el carnet para bromear sobre ello, pero la otra persona no. Pero una vez que ya hay confianza, te conocen y saben que la causa te importa de verdad, la puerta se abre. Hacer humor regenera mucho, porque hace que aceptes como natural la situación. Cuando una de las entrevistadas cuenta el chiste de: ‘Yo lo coloco y ella lo quita, lo quita’ (Yo loco, loco y ella loquita, loquita…) y ves en la situación en la que está, entonces te rompe por completo. Si hoy te sentaras frente a alguien ajeno a la salud mental para explicarle qué hay detrás de una persona con un problema de este tipo… ¿qué le dirías? Todos tenemos algún problema de mayor o menor grado, pero todos convivimos con problemas y, ¿dónde pones el listón? Porque si lo bajas quizás yo entre en el perfil de persona con problema de salud mental. Entonces, si todos abrimos los brazos e intentamos naturalizar, este tipo de problemas dejan de ser problemas y se convierten simplemente en dolencias, por decirlo de alguna manera.  En cuanto entiendes que en tu entorno hay todo tipo de personas, hay diversidad, dejas de cuestionarlo todo. Se normaliza. Ahora entendemos muchas cosas como normales que antes eran impensables. Para esto tengo una comparativa muy clara: si hace un siglo era una aberración que las mujeres votasen y ahora la aberración sería lo contrario, ¿no habría que plantearse que todo lo que negamos ahora mismo, debería ser naturalizado? Porque dentro de unos años nos echaremos las manos a la cabeza y diremos: madre mía, como podíamos pensar y actuar así. Yo creo que hay que escuchar con mucho cariño a la gente que va con la bandera por delante, aunque de primeras te choque o te ofenda, porque quizás dentro de cien años entendamos que tenían razón y las cosas se podrían haber cambiado antes.   Puedes ver el capítulo completo de Radio Gaga en ALFAEM Salud Mental León aquí: Entrevista publicada en el nº 2 de la Revista Encuentro. [post_title] => “Radio Gaga me ha ayudado a romper con muchos prejuicios, muchos estigmas y me ha hecho ser más tolerante” [post_excerpt] => Entrevista a Manuel Burque, actor, cómico y guionista, a propósito del programa Radio Gaga en ALFAEM Salud Mental León. [post_status] => publish [comment_status] => closed [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => entrevista-manuel-burque-radio-gaga [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2019-11-19 17:02:55 [post_modified_gmt] => 2019-11-19 17:02:55 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://consaludmental.org/?p=35410 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 0 [filter] => raw )

Noticias

Estás aquí:

“Radio Gaga me ha ayudado a romper con muchos prejuicios, muchos estigmas y me ha hecho ser más tolerante”

18/01/2018

Entrevista a Manuel Burque, actor, cómico y guionista, a propósito del programa Radio Gaga en ALFAEM Salud Mental León.

Manuel Burque es actor, es cómico, es guionista, pero ante todo es una persona honesta. Estudió Comunicación Audiovisual en Salamanca, allí comenzó a hacer teatro y a interesarse y especializarse en interpretación y guión. Todo ello derivó en la comedia y en adaptar su trabajo a las necesidades para poder sobrevivir en un Madrid al que vino a probar suerte. Esto le llevó a pasar por diferentes trabajos y proyectos, hasta llegar a copresentar ‘Radio Gaga’, un programa de radio televisado que busca dar luz a diferentes realidades sociales y cuyo primer capítulo estuvo dedicado a la salud mental y fue grabado en la residencia comunitaria de ALFAEM Salud Mental León.
Manuel Burque junto a la caravana de Radio GagaEs verano, pleno julio, pero una tormenta nos ha sorprendido en la calle y sin paraguas. Vamos al encuentro de Manuel Burque, quien nos espera en una cafetería del madrileño barrio de Lavapiés. Es fácil reconocerle: sombrero con estampado de flores y una abundante barba pelirroja tras la cual se esconde una sonrisa que llama a la empatía. Un trago al café y comenzamos a charlar.
¿Cómo y cuándo decides dedicarte a este mundillo?
Bueno, yo estudié en Salamanca, hice Comunicación Audiovisual, desde adolescente quería dedicarme al cine. Primero empecé haciendo teatro, me comenzó a interesar la interpretación. Ya mientras hacía la carrera montaba obras de teatro y al llegar a Madrid las empecé a escribir y es cuando me interesé por la interpretación y el guión.
Todo ello derivó en la posibilidad de hacer comedia y en ir adaptando mi trabajo a las necesidades, para sobrevivir, una vez que me vine a Madrid. Todo esto me ha llevado a pasar por infinidad de trabajos, hasta llegar a ‘Radio Gaga’.
¿Por qué crees que pensaron en ti para este programa? ¿Qué pensaste cuando te lo ofrecieron?
Creo que soy un cómico que da un perfil muy honesto. La gente de la productora me escuchaba en ‘A vivir que son dos días’ con Javier del Pino y se fijaron en que mi perfil es lanzar comedia pero siempre desde una posición de honestidad y ternura. Aunque yo pueda ser duro como cómico e irreverente en muchas ocasiones, luego apenas que me conoces sabes que soy empático ante ciertas causas, que enseguida me implico, que me afectan las cosas. No soy ese típico cómico al que todo le pasa por encima y todo lo convierte en material. A mí hay injusticias que me afectan muchísimo. Entonces me vieron como un buen foco de escucha.
¿Crees que se puede hacer un formato con un corte tan social y con una finalidad tan sensibilizadora a través de las preguntas de dos cómicos (el programa lo copresenta con Quique Peinado)?
No es que seamos dos cómicos, porque no sólo somos cómicos. Somos dos personas con una faceta cómica, que hace que rebajemos todo lo pretencioso o melodramático que pueden tener las situaciones que contamos en el programa. Cuentas con dos personas que son simpáticas pero que luego tienen otros intereses y que tratan de empatizar con lo que está sucediendo.
Ambos estamos muy implicados con causas sociales, lo que hace que seamos muy sensibles para escuchar, pero como por otro lado tenemos esa faceta cómica, podemos rebajar todo el rato la importancia de las historias que nos cuentan, lo que hace que sea más fácil de escuchar para el espectador.
 

“Con esta experiencia aprendí algo muy importante: que las personas no son buenas o malas, dependen de sus circunstancias”.

 
En el caso concreto de la salud mental, ¿cómo te enfrentas y qué piensas sobre lo que te vas a encontrar en ALFAEM Salud Mental León antes de llegar?
Manuel Burque Radio GagaYo tengo dos bazas muy importantes: una es mi hermana, que hace una labor pedagógica en la familia desde que es muy pequeña para sensibilizarnos con un montón de causas y con muchas realidades como pueden ser los trastornos mentales, la discapacidad intelectual o las personas con problemas de drogas.
Por otro lado, he estado investigando para un proyecto que tiene que ver con la discapacidad intelectual y, aunque no es lo mismo que los problemas de salud mental, me ha ayudado a sensibilizarme con una causa parecida en el sentido de que son personas que están en los márgenes, no se les da foco, no se les da altavoz.
Entonces cuando yo llegué a ALFAEM ya iba con todo esto de la mano.
Pero, además de ello, el programa cuenta con la magia de la radio y cuando la gente entra a la caravana inmediatamente se convierte en nuestro amigo, se siente como que está en casa. Te olvidas de cuál es el tema que vas a tratar, no hay una voluntad consciente de generar conciencia, se trata más de escuchar a un amigo.
¿Cambia tu perspectiva sobre la salud mental tras tres días conviviendo en ALFAEM Salud Mental León?
Hay una cosa que hablé mucho con Quique, que es: es increíble que exista esto. Esto hace 100 años nadie lo hubiese creído. Hemos llegado a un punto en la sociedad en el que una asociación de carácter público se dedica a cuidar y dar oportunidades a personas que en otro momento de la historia jamás las tuvo.
A mí me impresionó que esto haya sido montado por familias, que haya surgido a partir de una falta de recursos y de atención a un colectivo. Que haya gente ahí, recibiendo ayuda generosa de gente que ya no es su familia, es decir, que ahora estén dando cobertura a otras personas que no son sus familiares, impresiona muchísimo.
Además he de decir que yo me lo esperaba más como un psiquiátrico, no como un centro de salud mental. Y me sorprendió que la filosofía allí es conseguir que las personas sean lo más independientes posibles: te voy a dar las herramientas necesarias para que puedas hacer una vida lo más normalizada posible.
 

«Creo en el humor y en la regeneración que provoca. Yo empiezo a entenderlo casi como si fuera química».

 
¿Qué es lo que más te impactó o cuáles han sido los estigmas más radicales que has conseguido romper gracias a esta experiencia?
Con esta experiencia aprendí algo muy importante: que las personas no son buenas o malas, dependen de sus circunstancias. Muchas veces prejuzgamos a gente que vemos por la calle y les ponemos una etiqueta de bueno o malo sin saber de dónde viene. Entonces entendí que hay mucha gente en situaciones complicadas que han vivido una infancia terrible, que no tuvieron la culpa de nada y a la cual, eso, le ha podido generar un trastorno mental o una dependencia a las drogas, por ejemplo, desde muy temprana edad y todo ello deriva en actuar de una forma de la que no es culpable. La sociedad tiene que entender que la gente no es buena o mala, si no que viene de donde viene.
Y esto pasa en ALFAEM. De repente empiezas a revisar a gente a la que has juzgado y a la que has etiquetado y dices: lo mismo esta persona ha tenido un problema de salud mental y yo lo etiqueté, lo juzgué, lo metí en un paquete y lo envié a la parte de ‘los malos’.
En resumen, ir a ALFAEM me ha ayudado a romper con muchos prejuicios, muchos estigmas y me ha ayudado a saber tolerar.
Manuel Burque ALFAEM Salud Mental León¿Crees que con el programa que hicisteis dedicado a la salud mental habéis conseguido cambiar conciencias en todas aquellas personas que os vieron?
Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, dijo una vez en una entrevista que más que las leyes, lo que cambia a una sociedad son los movimientos, los colectivos y la cultura. Hace más por la tolerancia de un colectivo una película que una ley.
En concreto, el capítulo de ALFAEM ha impactado tanto a la gente que yo creo que la próxima vez que se encuentren a una persona en estas circunstancias van a acordarse de los protagonistas de ‘Radio Gaga’ en la residencia de ALFAEM. Vamos a generar ecos. Les hemos dejado un ‘troyano’ en la cabeza que va a provocar que la próxima vez que estén ante una situación similar, actúen de otra manera.
 

«Ahora entendemos muchas cosas como normales que antes eran impensables».

 
Retomamos el tema del humor: ¿Se puede hablar de salud mental desde el punto de vista del humor sin llegar a ser hiriente?, ¿puede esa fórmula funcionar para sensibilizar?
Yo creo en el humor y en los no límites del humor y creo en la regeneración que provoca. Yo empiezo a entender el humor casi como si fuera química.
Es verdad que uno cuando padece algo ya tiene el carnet para bromear sobre ello, pero la otra persona no. Pero una vez que ya hay confianza, te conocen y saben que la causa te importa de verdad, la puerta se abre. Hacer humor regenera mucho, porque hace que aceptes como natural la situación.
Cuando una de las entrevistadas cuenta el chiste de: ‘Yo lo coloco y ella lo quita, lo quita’ (Yo loco, loco y ella loquita, loquita…) y ves en la situación en la que está, entonces te rompe por completo.
Si hoy te sentaras frente a alguien ajeno a la salud mental para explicarle qué hay detrás de una persona con un problema de este tipo… ¿qué le dirías?
Todos tenemos algún problema de mayor o menor grado, pero todos convivimos con problemas y, ¿dónde pones el listón? Porque si lo bajas quizás yo entre en el perfil de persona con problema de salud mental.
Entonces, si todos abrimos los brazos e intentamos naturalizar, este tipo de problemas dejan de ser problemas y se convierten simplemente en dolencias, por decirlo de alguna manera. 
En cuanto entiendes que en tu entorno hay todo tipo de personas, hay diversidad, dejas de cuestionarlo todo. Se normaliza.
Ahora entendemos muchas cosas como normales que antes eran impensables. Para esto tengo una comparativa muy clara: si hace un siglo era una aberración que las mujeres votasen y ahora la aberración sería lo contrario, ¿no habría que plantearse que todo lo que negamos ahora mismo, debería ser naturalizado? Porque dentro de unos años nos echaremos las manos a la cabeza y diremos: madre mía, como podíamos pensar y actuar así.
Yo creo que hay que escuchar con mucho cariño a la gente que va con la bandera por delante, aunque de primeras te choque o te ofenda, porque quizás dentro de cien años entendamos que tenían razón y las cosas se podrían haber cambiado antes.
 
Puedes ver el capítulo completo de Radio Gaga en ALFAEM Salud Mental León aquí:

Entrevista publicada en el nº 2 de la Revista Encuentro.