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[post_date] => 2017-03-24 12:41:58
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[post_content] => De obra tan fascinante como desbordante, el pintor Ramón Losa ha participado en tres ediciones de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. Artista autodidacta y considerado “outsider”, en esta entrevista nos habla de ese “otro lado”, el suyo, una mirada íntima y personal que fusiona arte y literatura y que expresa de forma única en cada una de sus obras. A él nuestro más sincero agradecimiento por la riqueza de la conversación, que nos ha abierto una ventana a su universo.
Ramón tiene la voz dulce y habla como si saboreara cada palabra, con calma, ajeno al ritmo vertiginoso al que estamos acostumbrados. «Yo no tengo ordenador ni nada de eso. Todo lo que uno pueda quitarse de encima, lo que le pueda hacer sentir mal, es mejor no tocarlo. Se podría pensar que llevo una vida primitiva. He optado por vivir así, no me interesa la tecnología».
¿Estaremos hablando con un artista “de los de antes” ajeno a modas, performances y redes sociales? Su voz nos arrulla con su musicalidad durante toda la conversación.
¿Cuándo te diste cuenta de que querías dedicarte a la pintura? «Ya desde niño dibujaba. Yo mismo comprendí que toda esa facilidad para el dibujo que había manifestado durante la infancia había cuajado ya a la edad de 12 años».«Soy autodidacta. Con 18 años ingresé en Bellas Artes, con la segunda mejor nota, y suspendí primero por falta de asistencia. Entonces era Escuela, pero cuando suspendí la convirtieron en Facultad, por lo que tenía que aprobar la Selectividad para poder repetir. Yo ya estaba muy metido en la pintura y preferí seguir pintando por mi cuenta».¿Y tu familia? «Sin su apoyo quizás no me hubiera dedicado a la pintura. Desde pequeño mi madre me animaba a dibujar, mi padre me costeaba el material. A mi padre siempre le he pedido consejo sobre los cuadros que pinto, me interesa mucho su opinión y siempre he compartido mi trabajo con él».«Al dejar Bellas Artes, le dije a mi padre que me comprometía a pintar doce horas diarias y lo cumplí ampliamente hasta los 46 años, que fue cuando ingresé en una institución psiquiátrica. Estuve un mes allí y dejé de pintar una temporada. Estuve dos años sin pintar».
Se hace un silencio. Tras toda una vida dedicada a la pintura, dos años sin pintar debieron ser devastadores, como dos años atrapado, sin ver el sol. ¿Cómo recuperaste la inspiración? «Tuve que reelaborar mi cabeza y mi pintura porque prácticamente no sabía ni dibujar. Empecé desde cero. Hice un libro, en blanco y negro, que tardé tres años en acabar, un libro que desde el primer momento fue un aprendizaje, hasta que poco a poco lo conseguí con muchísimo esfuerzo. Estuve a punto de venderlo por 6.000 € hace unos años».
(Para quien tenga curiosidad, este cuaderno se puede ver íntegro, en YouTube https://youtu.be/sFkSJEdTcHQ)¿Qué le recomendarías a otros para recuperar su día a día? «Que tengan una actividad. Yo afortunadamente tengo la pintura. Además yo creo que los malos ratos se acaban superando con ayuda de los demás, con voluntad y esfuerzo».«Hay una estigmatización por parte de la sociedad, aunque no es mi caso. Animo a la gente a que hable de lo que le pasa, de su problema de salud mental. Se puede tratar y uno puede llevar una vida normal».¿Por qué te atrae tanto pintar libros? «En principio por cuestión de espacio. Aunque siempre me han gustado los libros medievales. Igual que los libros de texto, que me encantaban. Mi madre además me regaló un diccionario, que traía ilustraciones dibujadas y que guardaba como un tesoro».¿Por eso incluyes palabras? «Incluyo los textos en el cuadro y pretendo emular un poco lo que es un libro con ilustraciones, pero no son ilustraciones sino que de repente escribo una frase o bien media página, o incluso una doble de 1 metro y me abstraigo».¿En qué trabajas ahora? «Dejé el blanco y negro y volví al color, a hacer libros con color, collage y con técnica mixta. Este año he hecho cinco libros de 50x70 y estoy a la espera de darlos a conocer».«Últimamente estoy borrando todos los textos de mis libros y sólo conservo los que están escritos en francés. Estoy muy metido en la imagen. Una vez escrito el texto le echo barniz encima y se deshace casi todo, que se va escurriendo hacia abajo…».«Mi última frase es “para escribir no hay que saber leer”. Mi amigo Juan Ugalde, cuando me visitó ayer, la leyó y me dijo “y para pintar no hay que saber escribir”».
Para acabar hablamos de ‘Losa Game, retrato de un pintor outsider’ (2014), un documental de Ángel Cacigas sobre la labor creadora de Ramón Losa. ¿Lo has visto? «Sí, está muy bien. De hecho lo proyectaron en la Universidad de Jaén, yo asistí y di una ponencia. Hubo pleno, hubo lleno total. Había mucho interés en ese documental».¿Qué es el arte outsider?«El arte outsider es o bien el arte realizado por enfermos mentales o bien por gente que no ha recibido instrucción artística. Es lo mismo que el Art Brut, descrito por Dubuffet, que dedicó toda su vida a visitar psiquiátricos y a recopilar obras. Hay un museo en Lausanne en Suiza, que es el más importante del mundo (se refiere a la Collection de l'Art Brut, el anti-museo que abrió en 1976 el pintor vanguardista Jean Dubuffet, donde reunió las obras que había ido descubriendo a lo largo y ancho de todo el mundo)».
Ante nuestro desconcierto, sigue explicándonos. «En el Art Brut los artistas utilizan el arte como medio de expresión y no tienen instrucción artística, no siguen los parámetros de la Historia del Arte. Es una terapia. Aunque el arte en general para cualquier persona, enfermo o no enfermo, es una terapia. Se siente más libre cualquiera que haga arte».
Entrevista publicada en el nº 3 de la Revista Encuentro, año 2016.
[post_title] => Hablando con... Ramón Losa, pintor
[post_excerpt] => “El arte, para cualquier persona, es una terapia. Se siente más libre cualquiera que haga arte”. Entrevista al artista "outsider", publicada en la Revista Encuentro.
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“El arte, para cualquier persona, es una terapia. Se siente más libre cualquiera que haga arte”. Entrevista al artista "outsider", publicada en la Revista Encuentro.
De obra tan fascinante como desbordante, el pintor Ramón Losa ha participado en tres ediciones de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. Artista autodidacta y considerado “outsider”, en esta entrevista nos habla de ese “otro lado”, el suyo, una mirada íntima y personal que fusiona arte y literatura y que expresa de forma única en cada una de sus obras. A él nuestro más sincero agradecimiento por la riqueza de la conversación, que nos ha abierto una ventana a su universo.
Ramón tiene la voz dulce y habla como si saboreara cada palabra, con calma, ajeno al ritmo vertiginoso al que estamos acostumbrados. «Yo no tengo ordenador ni nada de eso. Todo lo que uno pueda quitarse de encima, lo que le pueda hacer sentir mal, es mejor no tocarlo. Se podría pensar que llevo una vida primitiva. He optado por vivir así, no me interesa la tecnología».
¿Estaremos hablando con un artista “de los de antes” ajeno a modas, performances y redes sociales? Su voz nos arrulla con su musicalidad durante toda la conversación. ¿Cuándo te diste cuenta de que querías dedicarte a la pintura? «Ya desde niño dibujaba. Yo mismo comprendí que toda esa facilidad para el dibujo que había manifestado durante la infancia había cuajado ya a la edad de 12 años». «Soy autodidacta. Con 18 años ingresé en Bellas Artes, con la segunda mejor nota, y suspendí primero por falta de asistencia. Entonces era Escuela, pero cuando suspendí la convirtieron en Facultad, por lo que tenía que aprobar la Selectividad para poder repetir. Yo ya estaba muy metido en la pintura y preferí seguir pintando por mi cuenta». ¿Y tu familia? «Sin su apoyo quizás no me hubiera dedicado a la pintura. Desde pequeño mi madre me animaba a dibujar, mi padre me costeaba el material. A mi padre siempre le he pedido consejo sobre los cuadros que pinto, me interesa mucho su opinión y siempre he compartido mi trabajo con él». «Al dejar Bellas Artes, le dije a mi padre que me comprometía a pintar doce horas diarias y lo cumplí ampliamente hasta los 46 años, que fue cuando ingresé en una institución psiquiátrica. Estuve un mes allí y dejé de pintar una temporada. Estuve dos años sin pintar».
Se hace un silencio. Tras toda una vida dedicada a la pintura, dos años sin pintar debieron ser devastadores, como dos años atrapado, sin ver el sol. ¿Cómo recuperaste la inspiración? «Tuve que reelaborar mi cabeza y mi pintura porque prácticamente no sabía ni dibujar. Empecé desde cero. Hice un libro, en blanco y negro, que tardé tres años en acabar, un libro que desde el primer momento fue un aprendizaje, hasta que poco a poco lo conseguí con muchísimo esfuerzo. Estuve a punto de venderlo por 6.000 € hace unos años».
(Para quien tenga curiosidad, este cuaderno se puede ver íntegro, en YouTube https://youtu.be/sFkSJEdTcHQ) ¿Qué le recomendarías a otros para recuperar su día a día? «Que tengan una actividad. Yo afortunadamente tengo la pintura. Además yo creo que los malos ratos se acaban superando con ayuda de los demás, con voluntad y esfuerzo». «Hay una estigmatización por parte de la sociedad, aunque no es mi caso. Animo a la gente a que hable de lo que le pasa, de su problema de salud mental. Se puede tratar y uno puede llevar una vida normal». ¿Por qué te atrae tanto pintar libros? «En principio por cuestión de espacio. Aunque siempre me han gustado los libros medievales. Igual que los libros de texto, que me encantaban. Mi madre además me regaló un diccionario, que traía ilustraciones dibujadas y que guardaba como un tesoro». ¿Por eso incluyes palabras? «Incluyo los textos en el cuadro y pretendo emular un poco lo que es un libro con ilustraciones, pero no son ilustraciones sino que de repente escribo una frase o bien media página, o incluso una doble de 1 metro y me abstraigo». ¿En qué trabajas ahora? «Dejé el blanco y negro y volví al color, a hacer libros con color, collage y con técnica mixta. Este año he hecho cinco libros de 50×70 y estoy a la espera de darlos a conocer». «Últimamente estoy borrando todos los textos de mis libros y sólo conservo los que están escritos en francés. Estoy muy metido en la imagen. Una vez escrito el texto le echo barniz encima y se deshace casi todo, que se va escurriendo hacia abajo…». «Mi última frase es “para escribir no hay que saber leer”. Mi amigo Juan Ugalde, cuando me visitó ayer, la leyó y me dijo “y para pintar no hay que saber escribir”».
Para acabar hablamos de ‘Losa Game, retrato de un pintor outsider’ (2014), un documental de Ángel Cacigas sobre la labor creadora de Ramón Losa. ¿Lo has visto? «Sí, está muy bien. De hecho lo proyectaron en la Universidad de Jaén, yo asistí y di una ponencia. Hubo pleno, hubo lleno total. Había mucho interés en ese documental». ¿Qué es el arte outsider?«El arte outsider es o bien el arte realizado por enfermos mentales o bien por gente que no ha recibido instrucción artística. Es lo mismo que el Art Brut, descrito por Dubuffet, que dedicó toda su vida a visitar psiquiátricos y a recopilar obras. Hay un museo en Lausanne en Suiza, que es el más importante del mundo (se refiere a la Collection de l’Art Brut, el anti-museo que abrió en 1976 el pintor vanguardista Jean Dubuffet, donde reunió las obras que había ido descubriendo a lo largo y ancho de todo el mundo)».
Ante nuestro desconcierto, sigue explicándonos. «En el Art Brut los artistas utilizan el arte como medio de expresión y no tienen instrucción artística, no siguen los parámetros de la Historia del Arte. Es una terapia. Aunque el arte en general para cualquier persona, enfermo o no enfermo, es una terapia. Se siente más libre cualquiera que haga arte».
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