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“Si consumes y produces, vales. Si no es así, estás rota y no sirves para el sistema”
23/08/2019
Hablando con... la periodista y activista Anita Botwin. Entrevista publicada en el nº 1 de la Revista Encuentro de 2019.
Conocida por su activismo en redes sociales (en Twitter tiene más de 56.000 seguidores) en materias como el feminismo o la diversidad funcional, Anita Botwin es periodista y ha colaborado habitualmente en medios como Público, eldiario.es, La Marea, Píkara Magazine o el programa Carne Cruda. Desde 2011 ha llevado a las grandes cabeceras la denuncia de las desigualdades y las vulneraciones de derechos humanos. Hoy, la entrevistamos para que nos hable de salud mental, de género y de sus reivindicaciones en primera persona.
A pesar de que ha habido avances, ¿cómo ves la situación de la salud mental en España?
Creo que los recursos son muy escasos y la voluntad política también. Tras años de recortes y expolio en Sanidad, especialmente en salud mental, se puede decir que los apoyos desde las instituciones brillan por su ausencia. La media europea está en 18 profesionales de psicología clínica por cada 100.000 habitantes, sin embargo, nuestro país solo cuenta con 4 por cada 100.000.
¿Aquí se vulneran los derechos humanos?
Efectivamente, la vulneración de derechos humanos existe especialmente en las plantas de psiquiatría. De hecho, las contenciones mecánicas son un método coercitivo que la misma ONU ha recomendado no usar. La contención verbal o las llamadas habitaciones confortables pueden ser una alternativa a lo que hay ahora. Pero en cuanto sacas el tema, no parece haber demasiada voluntad política, y los profesionales se sienten atacados, en lugar de buscar alternativas a lo que se considera tortura y por la que ya ha habido varias muertes. En Islandia y Reino Unido el objetivo de contenciones cero se ha logrado a través de la prohibición total. Espero que ese sea el camino y que lo sea pronto.
Por otro lado, se encuentran las esterilizaciones forzosas, que siguen existiendo en nuestro país. De hecho, según el CERMI, en 2016 el Consejo General del Poder Judicial registró 140 casos “resueltos” solo durante ese año.
“Para cambiar la salud mental es importante implementar un nuevo modelo de sociedad, donde pongamos la vida en el centro”
¿Seguimos considerando, en general, que la salud mental es cosa de otros? Desde las entidades seguimos repitiendo machaconamente que una de cada cuatro personas tendremos un problema de salud mental y parece que en unos años serán incluso más…
Este problema tiene mucho que ver con el sistema en el que vivimos, en el que la productividad se convierte en el principio de todo lo demás. Si consumes y produces, vales, si no es así, estás rota y no sirves para el sistema. Desde mi punto de vista, es ahí desde donde comienza el estigma; ese momento en el que tu entorno ve que no eres productiva, que paras de estudiar o de trabajar. Estamos pensadas para ese fin y en el momento en el que te sales por la circunstancia que sea, ya no formas parte del grupo, ni de la maquinaria, por tanto, estás fallando. Creo que se nos mide en función de nuestra productividad, por eso me gusta tanto la frase “vales más que tu productividad”.
Como persona con experiencia propia, ¿consideras que se entienden los problemas de salud mental?
Creo que se criminaliza este tipo de sufrimiento. Creo que en el momento en el que sufres más de la cuenta, o no haces las cosas como se espera que las hagas, se tiene una visión muy negativa e incomprensiva desde el exterior. Por ello, es algo que al final se vive muchas veces en solitario o con muy pocas personas capaces de comprender y empatizar.
“Lo que no se nombra no existe”
Para colmo es un sufrimiento invisible…
La invisibilidad de los síntomas requiere de mucha empatía, y creo que aún estamos lejos de entender como sociedad “lo que no se ve”, pero existe. El propio auto estigma hace también que el no salir del armario se convierta en un bucle; pero mostrar las vulnerabilidades también debe convertirse en algo político. Por suerte, cada vez más colectivos y personas en primera persona han dado el paso de luchar contra el estigma ajeno y propio y plantear otras miradas en cuanto a salud mental.
Cada vez se escuchan más voces de personas con problemas de salud mental, ¿su testimonio en primera persona podría ser la clave para esa empatía que aún nos falta?
Es fundamental. ¿Cómo queremos mejorar los problemas de salud mental si no se escucha a las mismas afectadas? Como en cualquier otra situación, no creo que se pueda mejorar mucho si no se escucha a sus protagonistas. Esto puede ampliarse a muchas otras situaciones, como por ejemplo las personas que tenemos algún tipo de enfermedad; nadie conoce mejor que una misma su propia realidad.
“Debemos llevar el feminismo a todas las facetas de nuestra vida, sólo así terminaremos con la discriminación”
¿Y el género?, ¿crees que es un factor que influye?
Sí. El sistema patriarcal provoca que las mujeres suframos unas condiciones de vida más duras: trabajos más precarios, menor salario, mayor pobreza, trabajos invisibilizados como la carga de los cuidados de otros y las responsabilidades familiares, y la violencia machista que deja grandes secuelas. Ya hay muchos estudios e informes que relacionan género y salud mental.
Es necesario que llevemos el feminismo a todas las facetas de nuestra vida, porque solo así podemos terminar con la discriminación. Tener problemas de salud mental ya es un estigma y una desigualdad y si eres mujer, esta discriminación se duplica.
Como periodista, ¿crees que los medios deberían mejorar el tratamiento mediático de la salud mental?
Los medios son grandes responsables a la hora de comunicar desigualdad, como ocurre a la hora de hacerlo con una perspectiva de género. En general, lo que no se nombra no existe y es necesario visibilizar una realidad importante y hacerlo con las palabras y el lenguaje correctos.
Los medios de comunicación suelen asociar, por ejemplo, los actos delictivos a los problemas de salud mental. Pareciera que sólo “los locos” van por ahí matando, cuando las estadísticas hablan más bien al contrario. En cualquier caso considero que para mejorar el tratamiento en medios es necesario hablar con colectivos de primera persona. Es de ellas de quien más pueden aprender, al menos es mi propia experiencia.
¿Qué crees que deberíamos cambiar como sociedad para mejorar la salud mental de las personas?
Debemos cambiar muchas cosas, pero podríamos empezar a cambiar el modelo, terminar con el estigma y dejar de medicalizar, etiquetar y patologizar todo. Para cambiar la salud mental sería importante implementar un nuevo modelo de sociedad, donde pongamos la vida en el centro por encima de todos los demás intereses. Si hiciéramos eso, el Prozac nos sobraría.
La prevención es fundamental. Si vamos al origen de todos estos problemas, evitamos que existan o que sean tan graves y dolorosos en muchos casos. Pero ir al origen significa plantearse un cambio radical del modelo de sistema en el que vivimos. La prevención de estos problemas pasaría por una nueva forma de estar en el mundo, poniendo la vida en el centro.
Entrevista publicada en el nº 1 de la Revista Encuentro, 2019.
Algunos artículos de Anita Botwin:
– «Prozac Nation«, en Píkara Magazine. Julio de 2019.
– «SOS: por una salud mental que nos tome en serio«, en Público. Julio de 2018.
– «El dolor de las víctimas no prescribe«, en CTXT. Noviembre de 2017.
– «En los internamientos psiquiátricos se incumplen los derechos humanos«, en El Diario. Noviembre de 2016.