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Frente a esto, los legisladores de la reforma Gallardón. Imbuidos de su poder, ahondan en la maleza y lanzan el mensaje del odio al hacer coincidir el término “peligrosidad” con el de “enfermedad mental”. “Cantinela inadmisible”, dirán el justo de paz y el justo de ciencia.
Mientras, una voz en el Comité dice: ¿No estará la peligrosidad en no atender adecuadamente a la persona que necesita un trato especial? ¿No estará la peligrosidad en el fomento de políticas que redundan en la debilidad de unos servicios sociales que tapan nuestras vergüenzas?
No hay mayor ciego que el que no quiere ver. Sólo con la implantación del modelo integral, social y comunitario veremos luz al final del túnel. Los responsables se obcecan y se equivocan, una vez tras otra, al querer esconder los problemas debajo de las alfombras, en lugar de encararlos con arrojo, astucia y valentía.
Ignorar la raíz de un problema perpetúa su conflicto. Si una persona con enfermedad mental ha actuado “peligrosamente” es por el puro abandono del sistema ante unas personas, que es cierto, necesitamos de una orientación especial. Hágannoslo fácil.
Es vocación de FEAFES proponer soluciones y plasmarlas negro sobre blanco. Lejos de la postración, queremos planes individualizados de atención donde el afectado por la enfermedad mental se vea como protagonista de su historia, no un extraño; queremos educar a las familias en el manejo de situaciones que de desconocerse pueden ser estresantes; queremos acercar el sistema de salud al afectado, para garantizar su adhesión al tratamiento y su socialización más elemental; y por último, queremos equipos multidisciplinares que recorran todas las facetas de la recuperación.
Todo ello, hasta conseguir el bienestar físico, mental, y social; que según la ONU es un derecho que afecta a todas las personas por el hecho de nacer. Seguridad: la justicia, como la verdad, no es cara nunca. Más bien, desidia clamorosa en los legisladores para adaptar la normativa española a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad  que ellos mismos firmaron.
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"Peligro, se legisla": las razones del Comité de Personas con Enfermedad Mental de FEAFES en contra de la reforma del Código Penal

04/11/2013

El Comité de Personas con Enfermedad Mental de FEAFES, formado por representantes de cada una de las federaciones autonómicas, expone sus argumentos en contra de la propuesta de reforma del Código Penal.

Las ideas se casan, se asocian, concurren, interaccionan, se complementan, concursan. Todo ello para alumbrar el camino de las causas justas, para encumbrar, para evolucionar. Y en la cima, la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad; una línea donde la inclusión y la igualdad de oportunidades no son ideas extrañas. “Ni un paso atrás”, dijo alguno.
Frente a esto, los legisladores de la reforma Gallardón. Imbuidos de su poder, ahondan en la maleza y lanzan el mensaje del odio al hacer coincidir el término “peligrosidad” con el de “enfermedad mental”. “Cantinela inadmisible”, dirán el justo de paz y el justo de ciencia.
Mientras, una voz en el Comité dice: ¿No estará la peligrosidad en no atender adecuadamente a la persona que necesita un trato especial? ¿No estará la peligrosidad en el fomento de políticas que redundan en la debilidad de unos servicios sociales que tapan nuestras vergüenzas?
No hay mayor ciego que el que no quiere ver. Sólo con la implantación del modelo integral, social y comunitario veremos luz al final del túnel. Los responsables se obcecan y se equivocan, una vez tras otra, al querer esconder los problemas debajo de las alfombras, en lugar de encararlos con arrojo, astucia y valentía.
Ignorar la raíz de un problema perpetúa su conflicto. Si una persona con enfermedad mental ha actuado “peligrosamente” es por el puro abandono del sistema ante unas personas, que es cierto, necesitamos de una orientación especial. Hágannoslo fácil.
Es vocación de FEAFES proponer soluciones y plasmarlas negro sobre blanco. Lejos de la postración, queremos planes individualizados de atención donde el afectado por la enfermedad mental se vea como protagonista de su historia, no un extraño; queremos educar a las familias en el manejo de situaciones que de desconocerse pueden ser estresantes; queremos acercar el sistema de salud al afectado, para garantizar su adhesión al tratamiento y su socialización más elemental; y por último, queremos equipos multidisciplinares que recorran todas las facetas de la recuperación.
Todo ello, hasta conseguir el bienestar físico, mental, y social; que según la ONU es un derecho que afecta a todas las personas por el hecho de nacer. Seguridad: la justicia, como la verdad, no es cara nunca. Más bien, desidia clamorosa en los legisladores para adaptar la normativa española a la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad  que ellos mismos firmaron.