Hablando con... Inma Rubiales

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    [post_date] => 2023-08-18 10:12:33
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    [post_content] => [vc_row][vc_column][vc_column_text]Inma Rubiales es una joven autora extremeña que, con tan solo 20 años, ya tiene en su haber cinco obras, la última de ellas ‘Hasta que nos quedemos sin estrellas’ (Editorial Planeta, 2022). Se caracteriza por tratar con especial sensibilidad los aspectos relacionados con la salud mental a través de sus personajes. A sus novelas para público joven, se suma el cuento ‘Mía y Teté’, escrito para la asociación FEAFES Salud Mental Almendralejo, con el que se busca acompañar a niños y niñas en el aprendizaje de la gestión de sus emociones.

Hemos hablado con ella para profundizar en aquellos aspectos que la inspiran a la hora de crear.

 [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image="96956" img_size="full" add_caption="yes" alignment="center" onclick="link_image"][vc_column_text]¿Cómo empieza tu gusto por la literatura y cuándo comienzas a plantearte escribir de una manera más profesional?

Llevo escribiendo toda la vida. Toni, la dueña de la librería a la que solía ir siempre de pequeña, bromea diciendo que aprendí a leer y a escribir antes que a hablar. Siempre me ha gustado muchísimo leer. Recuerdo que incluso me llevaba libros al colegio para leer en los intercambios de clase. En cuanto a la escritura, empezó siendo solo un hobby. Me creé una cuenta en Wattpad, una plataforma online en la que usuarios de todo el mundo pueden compartir sus historias, y publiqué ahí mi primera novela sin ninguna expectativa. En cuestión de semanas ya tenía a un montón de lectores enganchados. En 2019 publiqué ‘Un amigo gratis’, mi primer libro en papel, y seguí publicando un libro al año hasta 2021, cuando la editorial Planeta se interesó por Hasta que nos quedemos sin estrellas. Actualmente considero la escritura mi trabajo y lo compagino con mis estudios universitarios.

 

¿Cómo surge la idea de escribir Mía y Teté?

Mi madre, Inma Valero, es responsable de FEAFES Extremadura y también está muy vinculada a FEAFES Almendralejo, en la junta directiva. Al ver la oportunidad que tenía la entidad, me dijo que querían contar conmigo para escribir un cuento infantil que hablase sobre las emociones. La idea cobró forma en mi cabeza en cuanto me explicaron cómo imaginaban a los personajes. Y les dije que sí.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

"Hay emociones que, aunque nos resulten desagradables, forman parte de nuestra vida y no debemos reprimirlas"

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="1/3"][vc_column_text]Tus obras van sobre todo a público joven. ¿Ha resultado difícil crear para el público infantil? 

Fue complicado, sobre todo porque hay que tener una forma muy específica de contar las cosas; lo suficientemente sencilla como para que los niños lo entiendan, pero siempre teniendo presente que son muy listos (mucho más de lo que creemos). Además, tenía la “dificultad” añadida de que está narrado por una niña, Mía, la protagonista, que siente muchas cosas que quizá no es capaz de explicar con palabras.

 

Cómo has trabajado para inspirarte en la creación de estos dos personajes? ¿Qué hay de la Inma niña en ellos?

Creo que hay un poco de Mía en todos nosotros. Desde pequeños nos han acostumbrado a reprimir ciertas emociones. A los niños se les dice que no lloren, que no estén tristes, que no se enfaden. Ese discurso acaba provocando que, incluso una vez que maduramos, sigamos sintiendo ese «rechazo» a emociones que forman parte de nosotros y tenemos que aprender a aceptar. No pasa nada por llorar cuando uno se siente mal. Al contrario. Reconocer que esas emociones son válidas y aprender a gestionarlas es lo que nos ayudará a sentirnos mejor.

 

¿Cómo crees que puede ayudar a los niños y las niñas este cuento? O, ¿cómo desearías tú que les ayudara?

Me gustaría transmitir el mensaje de que hay emociones que, aunque nos resulten desagradables, forman parte de nuestra vida y no debemos reprimirlas. El primer paso para gestionar las emociones es aprender a identificarlas. Creo que Mía y Teté puede ayudarlos a hacer eso también.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width="2/3"][vc_single_image image="61264" img_size="full" onclick="custom_link" img_link_target="_blank" link="https://consaludmental.org/centro-documentacion/mia-y-tete-descubren-las-emociones/"][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Tus libros se centran en la vida y las experiencias de jóvenes y, en ellos, la salud mental y emocional adquiere relevancia. En ‘El arte de ser nosotros’, por ejemplo, el protagonista muestra sus miedos a expresar sus sentimientos y una distancia con su padre y con su madre. ¿Dirías que es un reflejo de cómo las personas jóvenes se relacionan con sus emociones?

Mis novelas están catalogadas como «romance», pero yo creo que se centran, además, en la evolución personal de cada uno de los protagonistas. Intento crear personajes reales con los que el lector se siente fácilmente identificado. En el caso de ‘El arte de ser nosotros’, tenemos a Logan, un joven de 21 años que, aunque es bastante reservado y muestra ese miedo a expresar cómo se siente, también es consciente de lo perjudicial que es guardárselo todo para uno mismo. En esta novela en concreto se hace especial hincapié en la importancia de hablar sobre tus sentimientos y compartir tus «cargas» con tus seres queridos.

 

¿En qué medida crees que Mía y Teté puede ser un libro que enseñe a los niños y niñas a compartir abiertamente sus sentimientos? 

Cada vez que Mía siente una nueva emoción, Teté no solo le ayuda a identificarla, sino que también la aconseja sobre cómo gestionarla de la mejor manera posible. Por eso Mía se siente mucho mejor después de hablar con Teté. Espero que los niños y niñas que lean este cuento puedan encontrar en sus seres queridos a «Teté», esa persona que te anima a compartir tus sentimientos y te enseña sobre ellos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

"Buscar ayuda cuando uno lo necesita... nos vuelve fuertes y valientes porque estamos priorizando nuestra salud mental"

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Has ganado algún certamen literario, los premios Watty con “Un amigo gratis”. Planeta te ha publicado un libro. Has llegado a México, Chile, Argentina, Colombia. ¿Cómo se vive este éxito? 

Mi boom ha sido este año con ‘Hasta que nos quedemos sin estrellas’, que está siendo un éxito de ventas, con tres ediciones, y cientos de lectores que vienen a las firmas.

Dedicarme a la escritura es mi sueño, pero este último año todo ha llegado muy rápido y para mí ha sido un poco difícil gestionarlo. Los eventos, las largas filas en las firmas, la cantidad de lectores que me escriben y me siguen por redes sociales… creo que todavía me cuesta asimilarlo del todo. Por suerte, siempre he contado con el apoyo de mis padres y el resto de mi familia, y de mis amigas cercanas. Poder hablar con ellos, celebrar juntos las alegrías y contarles mis miedos o preocupaciones me ha ayudado a sobrellevarlo. Tengo presente que buscar ayuda —ya sea de tu entorno o de profesionales— cuando uno lo necesita no nos hace débiles, al contrario. Nos vuelve fuertes y valientes porque estamos priorizando nuestra salud mental.

 

A partir de tu experiencia como joven, escritora y persona con bastante conocimiento de la salud mental, ¿qué dirías a los padres y madres que lean Mía y Teté a sus hijos e hijas?

Les diría que lo lean teniendo presente que, por más años que hayan pasado desde entonces, ellos también fueron Mía una vez. Y ahora les toca ser Teté y acompañar a sus hijos e hijas en el camino para descubrir sus emociones.

 
En 2022 Inma Rubiales participó en la Jornada "#DaleLikeALaSaludMental: hablemos sin filtros", financiada por la Fundación ONCE y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.

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«Espero que los niños y…

«Espero que los niños y niñas que lean este cuento puedan encontrar a «Teté», esa persona que te anima a compartir tus sentimientos y te enseña sobre ellos»

18/08/2023

Entrevista con la autora de "Mía y Teté", escrito para la asociación FEAFES Salud Mental Almendralejo. Publicada en Revista Encuentro.

Inma Rubiales es una joven autora extremeña que, con tan solo 20 años, ya tiene en su haber cinco obras, la última de ellas ‘Hasta que nos quedemos sin estrellas’ (Editorial Planeta, 2022). Se caracteriza por tratar con especial sensibilidad los aspectos relacionados con la salud mental a través de sus personajes. A sus novelas para público joven, se suma el cuento ‘Mía y Teté’, escrito para la asociación FEAFES Salud Mental Almendralejo, con el que se busca acompañar a niños y niñas en el aprendizaje de la gestión de sus emociones.

Hemos hablado con ella para profundizar en aquellos aspectos que la inspiran a la hora de crear.

¿Cómo empieza tu gusto por la literatura y cuándo comienzas a plantearte escribir de una manera más profesional?

Llevo escribiendo toda la vida. Toni, la dueña de la librería a la que solía ir siempre de pequeña, bromea diciendo que aprendí a leer y a escribir antes que a hablar. Siempre me ha gustado muchísimo leer. Recuerdo que incluso me llevaba libros al colegio para leer en los intercambios de clase. En cuanto a la escritura, empezó siendo solo un hobby. Me creé una cuenta en Wattpad, una plataforma online en la que usuarios de todo el mundo pueden compartir sus historias, y publiqué ahí mi primera novela sin ninguna expectativa. En cuestión de semanas ya tenía a un montón de lectores enganchados. En 2019 publiqué ‘Un amigo gratis’, mi primer libro en papel, y seguí publicando un libro al año hasta 2021, cuando la editorial Planeta se interesó por Hasta que nos quedemos sin estrellas. Actualmente considero la escritura mi trabajo y lo compagino con mis estudios universitarios.

¿Cómo surge la idea de escribir Mía y Teté?

Mi madre, Inma Valero, es responsable de FEAFES Extremadura y también está muy vinculada a FEAFES Almendralejo, en la junta directiva. Al ver la oportunidad que tenía la entidad, me dijo que querían contar conmigo para escribir un cuento infantil que hablase sobre las emociones. La idea cobró forma en mi cabeza en cuanto me explicaron cómo imaginaban a los personajes. Y les dije que sí.

«Hay emociones que, aunque nos resulten desagradables, forman parte de nuestra vida y no debemos reprimirlas»

Tus obras van sobre todo a público joven. ¿Ha resultado difícil crear para el público infantil?

Fue complicado, sobre todo porque hay que tener una forma muy específica de contar las cosas; lo suficientemente sencilla como para que los niños lo entiendan, pero siempre teniendo presente que son muy listos (mucho más de lo que creemos). Además, tenía la “dificultad” añadida de que está narrado por una niña, Mía, la protagonista, que siente muchas cosas que quizá no es capaz de explicar con palabras.

Cómo has trabajado para inspirarte en la creación de estos dos personajes? ¿Qué hay de la Inma niña en ellos?

Creo que hay un poco de Mía en todos nosotros. Desde pequeños nos han acostumbrado a reprimir ciertas emociones. A los niños se les dice que no lloren, que no estén tristes, que no se enfaden. Ese discurso acaba provocando que, incluso una vez que maduramos, sigamos sintiendo ese «rechazo» a emociones que forman parte de nosotros y tenemos que aprender a aceptar. No pasa nada por llorar cuando uno se siente mal. Al contrario. Reconocer que esas emociones son válidas y aprender a gestionarlas es lo que nos ayudará a sentirnos mejor.

¿Cómo crees que puede ayudar a los niños y las niñas este cuento? O, ¿cómo desearías tú que les ayudara?

Me gustaría transmitir el mensaje de que hay emociones que, aunque nos resulten desagradables, forman parte de nuestra vida y no debemos reprimirlas. El primer paso para gestionar las emociones es aprender a identificarlas. Creo que Mía y Teté puede ayudarlos a hacer eso también.

Tus libros se centran en la vida y las experiencias de jóvenes y, en ellos, la salud mental y emocional adquiere relevancia. En ‘El arte de ser nosotros’, por ejemplo, el protagonista muestra sus miedos a expresar sus sentimientos y una distancia con su padre y con su madre. ¿Dirías que es un reflejo de cómo las personas jóvenes se relacionan con sus emociones?

Mis novelas están catalogadas como «romance», pero yo creo que se centran, además, en la evolución personal de cada uno de los protagonistas. Intento crear personajes reales con los que el lector se siente fácilmente identificado. En el caso de ‘El arte de ser nosotros’, tenemos a Logan, un joven de 21 años que, aunque es bastante reservado y muestra ese miedo a expresar cómo se siente, también es consciente de lo perjudicial que es guardárselo todo para uno mismo. En esta novela en concreto se hace especial hincapié en la importancia de hablar sobre tus sentimientos y compartir tus «cargas» con tus seres queridos.

¿En qué medida crees que Mía y Teté puede ser un libro que enseñe a los niños y niñas a compartir abiertamente sus sentimientos?

Cada vez que Mía siente una nueva emoción, Teté no solo le ayuda a identificarla, sino que también la aconseja sobre cómo gestionarla de la mejor manera posible. Por eso Mía se siente mucho mejor después de hablar con Teté. Espero que los niños y niñas que lean este cuento puedan encontrar en sus seres queridos a «Teté», esa persona que te anima a compartir tus sentimientos y te enseña sobre ellos.

«Buscar ayuda cuando uno lo necesita… nos vuelve fuertes y valientes porque estamos priorizando nuestra salud mental»

Has ganado algún certamen literario, los premios Watty con “Un amigo gratis”. Planeta te ha publicado un libro. Has llegado a México, Chile, Argentina, Colombia. ¿Cómo se vive este éxito?

Mi boom ha sido este año con ‘Hasta que nos quedemos sin estrellas’, que está siendo un éxito de ventas, con tres ediciones, y cientos de lectores que vienen a las firmas.

Dedicarme a la escritura es mi sueño, pero este último año todo ha llegado muy rápido y para mí ha sido un poco difícil gestionarlo. Los eventos, las largas filas en las firmas, la cantidad de lectores que me escriben y me siguen por redes sociales… creo que todavía me cuesta asimilarlo del todo. Por suerte, siempre he contado con el apoyo de mis padres y el resto de mi familia, y de mis amigas cercanas. Poder hablar con ellos, celebrar juntos las alegrías y contarles mis miedos o preocupaciones me ha ayudado a sobrellevarlo. Tengo presente que buscar ayuda —ya sea de tu entorno o de profesionales— cuando uno lo necesita no nos hace débiles, al contrario. Nos vuelve fuertes y valientes porque estamos priorizando nuestra salud mental.

A partir de tu experiencia como joven, escritora y persona con bastante conocimiento de la salud mental, ¿qué dirías a los padres y madres que lean Mía y Teté a sus hijos e hijas?

Les diría que lo lean teniendo presente que, por más años que hayan pasado desde entonces, ellos también fueron Mía una vez. Y ahora les toca ser Teté y acompañar a sus hijos e hijas en el camino para descubrir sus emociones.