WP_Post Object
(
    [ID] => 128624
    [post_author] => 2
    [post_date] => 2024-09-10 10:52:25
    [post_date_gmt] => 2024-09-10 08:52:25
    [post_content] => [vc_row][vc_column width="1/2"][vc_column_text css=""]Un año más acudimos al Día Mundial para la Prevención del Suicidio, para lanzar un mensaje de esperanza, y para llamar a la acción ante esa consecuencia indeseada que origina el sufrimiento psíquico.

Teniendo en cuenta la cifra de 4.227 suicidios registrados en el último curso, y que por cada suicidio consumado se producen otros veinte intentos, démonos cuenta de la magnitud de la tragedia, y de la necesidad de abrir un canal de confianza para que la persona que sufre haga un esfuerzo de superación.

Cada curso fijamos la mirada en un colectivo vulnerable, y en esta edición observamos una realidad que se esconde en el mundo del deporte.

Todos y todas disfrutamos con las competiciones deportivas de alto nivel. Sin embargo, no somos capaces de ver las exigencias y privaciones de los y las deportistas que aspiran a la perfección.

Vemos la belleza de los ejercicios, pero olvidamos la lucha diaria en los entrenamientos, y la soledad de una vida entre aeropuertos y frías habitaciones de hotel.

Mientras están en la plenitud de sus carreras, la mente y el cuerpo permanecen centrados en el alto rendimiento, y tienen la fortaleza suficiente como para manejar situaciones de frustración.

Aun así, la presión del éxito es una amenaza constante, y la mente puede acabar cediendo y pidiendo un tiempo de reflexión. En este sentido, son muchos y muchas las deportistas de élite que se acompañan de un equipo de psicología para medir el impacto sobre la salud mental.

También sabemos que las condiciones físicas acaban resintiéndose al cabo de unos pocos años, y estos y estas deportistas han de enfrentarse al día después. Se hace necesario un plan B, “¿y ahora qué?”.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width="1/2"][vc_single_image image="128627" img_size="full" css=""][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text css=""]Es este un momento delicado y se debe contar con sistemas de apoyo que redirijan sus vidas más allá de la competición, y se reduzca así el riesgo de una conducta suicida, ante el avance de la incertidumbre.

Hemos visto la vulnerabilidad en el deporte, pero lo cierto es que el problema del suicidio sigue siendo un fenómeno social silenciado, y esto nos impide formular una solución.

El estigma, la culpa, y los prejuicios obstaculizan la prevención, la detección precoz, y el tratamiento consiguiente.

Es hora de agarrarnos a esa tabla de salvación que es la esperanza. Para ello, hemos de actuar de forma positiva y consciente:
  • Hay que desmontar los mitos y falsas creencias, e intervenir según la evidencia científica.
  • Tenemos que planificar los servicios de atención en los ámbitos educativo, laboral y sanitario.
  • Hay que crear sistemas de apoyo, de acompañamiento, y de seguimiento posteriores a las crisis suicidas. La persona con ideaciones debe interaccionar con la sociedad, sentirse comprendida, y desarrollar un instinto de supervivencia que le ponga en el camino de la recuperación.
  • Debemos sensibilizar a los medios de comunicación, para que se involucren en la prevención de la conducta suicida, ofreciendo información de calidad, y un catálogo de recomendaciones. El primer paso es ganar tiempo.
Una vez rompamos el silencio, y aflore una conciencia colectiva, habremos creado un entorno propicio para que la persona pida ayuda, se sincere, exprese sus sentimientos, y conecte con la vida. Tampoco hay que cegarse con la perfección. Basta atesorar instantes de emoción, contento y felicidad.  
Comité Pro Salud Mental En Primera Persona y Red Estatal de Mujeres SALUD MENTAL ESPAÑA.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="1/4"][vc_btn title="VOLVER A NOTICIAS" style="gradient-custom" gradient_custom_color_1="#ffffff" gradient_custom_color_2="#ffffff" gradient_text_color="#005b50" shape="square" align="center" i_icon_fontawesome="fa fa-chevron-circle-left" add_icon="true" link="url:%2Fnoticias%2F|title:NOTICIAS||"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][/vc_row] [post_title] => Manifiesto del Día Mundial para la Prevención del Suicidio 2024 [post_excerpt] => Manifiesto elaborado por el Comité Pro Salud Mental En Primera Persona y la Red Estatal de Mujeres de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA. [post_status] => publish [comment_status] => closed [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => manifiesto-dia-mundial-prevencion-suicidio-2024 [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2024-09-10 10:57:08 [post_modified_gmt] => 2024-09-10 08:57:08 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://consaludmental.org/?p=128624 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 0 [filter] => raw )

Noticias

Estás aquí:

Manifiesto del Día Mundial para la Prevención del Suicidio 2024

10/09/2024

Manifiesto elaborado por el Comité Pro Salud Mental En Primera Persona y la Red Estatal de Mujeres de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA.

Un año más acudimos al Día Mundial para la Prevención del Suicidio, para lanzar un mensaje de esperanza, y para llamar a la acción ante esa consecuencia indeseada que origina el sufrimiento psíquico.

Teniendo en cuenta la cifra de 4.227 suicidios registrados en el último curso, y que por cada suicidio consumado se producen otros veinte intentos, démonos cuenta de la magnitud de la tragedia, y de la necesidad de abrir un canal de confianza para que la persona que sufre haga un esfuerzo de superación.

Cada curso fijamos la mirada en un colectivo vulnerable, y en esta edición observamos una realidad que se esconde en el mundo del deporte.

Todos y todas disfrutamos con las competiciones deportivas de alto nivel. Sin embargo, no somos capaces de ver las exigencias y privaciones de los y las deportistas que aspiran a la perfección.

Vemos la belleza de los ejercicios, pero olvidamos la lucha diaria en los entrenamientos, y la soledad de una vida entre aeropuertos y frías habitaciones de hotel.

Mientras están en la plenitud de sus carreras, la mente y el cuerpo permanecen centrados en el alto rendimiento, y tienen la fortaleza suficiente como para manejar situaciones de frustración.

Aun así, la presión del éxito es una amenaza constante, y la mente puede acabar cediendo y pidiendo un tiempo de reflexión. En este sentido, son muchos y muchas las deportistas de élite que se acompañan de un equipo de psicología para medir el impacto sobre la salud mental.

También sabemos que las condiciones físicas acaban resintiéndose al cabo de unos pocos años, y estos y estas deportistas han de enfrentarse al día después. Se hace necesario un plan B, “¿y ahora qué?”.

Es este un momento delicado y se debe contar con sistemas de apoyo que redirijan sus vidas más allá de la competición, y se reduzca así el riesgo de una conducta suicida, ante el avance de la incertidumbre.

Hemos visto la vulnerabilidad en el deporte, pero lo cierto es que el problema del suicidio sigue siendo un fenómeno social silenciado, y esto nos impide formular una solución.

El estigma, la culpa, y los prejuicios obstaculizan la prevención, la detección precoz, y el tratamiento consiguiente.

Es hora de agarrarnos a esa tabla de salvación que es la esperanza. Para ello, hemos de actuar de forma positiva y consciente:

  • Hay que desmontar los mitos y falsas creencias, e intervenir según la evidencia científica.
  • Tenemos que planificar los servicios de atención en los ámbitos educativo, laboral y sanitario.
  • Hay que crear sistemas de apoyo, de acompañamiento, y de seguimiento posteriores a las crisis suicidas. La persona con ideaciones debe interaccionar con la sociedad, sentirse comprendida, y desarrollar un instinto de supervivencia que le ponga en el camino de la recuperación.
  • Debemos sensibilizar a los medios de comunicación, para que se involucren en la prevención de la conducta suicida, ofreciendo información de calidad, y un catálogo de recomendaciones. El primer paso es ganar tiempo.

Una vez rompamos el silencio, y aflore una conciencia colectiva, habremos creado un entorno propicio para que la persona pida ayuda, se sincere, exprese sus sentimientos, y conecte con la vida.

Tampoco hay que cegarse con la perfección. Basta atesorar instantes de emoción, contento y felicidad.

 

Comité Pro Salud Mental En Primera Persona y Red Estatal de Mujeres SALUD MENTAL ESPAÑA.