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    [post_date] => 2020-02-14 10:30:22
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    [post_content] => [vc_row][vc_column][vc_column_text]“¿Dónde empiezan los derechos humanos universales? En pequeños lugares, cerca de casa; en lugares tan próximos y tan pequeños que no aparecen en ningún mapa. Si esos derechos no significan nada en estos lugares, tampoco significan nada en ninguna otra parte". Esta frase de Eleanor Roosevelt, Presidenta del Comité de Redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos, resume la importancia de que las vulneraciones de derechos no se produzcan en ningún lugar y a ninguna escala. Sin embargo, la realidad es que queda mucho trabajo por hacer, especialmente en el ámbito de la salud mental. Por ello, con motivo de la celebración del Día de los Derechos Humanos el pasado 10 de diciembre, hablamos con Irene Muñoz Escandell, asesora jurídica de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA, y con Gonzalo Nielfa, miembro del Comité Pro Salud Mental En Primera Persona de la Confederación.

Como representantes de la Comisión de Defensa de Derechos Humanos de SALUD MENTAL ESPAÑA, ¿en qué punto consideráis que se encuentran los derechos humanos en el ámbito de la salud mental?[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="1/4"][vc_single_image image="57447" img_size="full" add_caption="yes"][/vc_column][vc_column width="3/4"][vc_column_text]Gonzalo Nielfa (G.N.): En materia de Derechos Humanos la salud mental vive en la excepcionalidad: por supuestos motivos de seguridad y efectividad del tratamiento se practican todo tipo de medidas coercitivas a pesar de que la literatura científica reiteradamente ha demostrado que sólo sirven para aumentar el sufrimiento y destruir la autoestima.
Dentro de los avances conseguidos en materia de derechos humanos de las , ¿por qué los que atañen a los problemas de salud mental continúan en la retaguardia?

Irene Muñoz (I.M.): Todo lo que nos mira de frente, lo que escapa a nuestro control y puede cambiar el curso de nuestra vida o, en el peor de los casos, acabar con ella, procuramos esconderlo en el fondo del armario para no verlo. Es una reacción muy primaria y humana. Evitamos lo que tememos y los asuntos que atañen a la salud mental es algo que puede atravesar nuestras vidas, incluso sin darnos cuenta.

¿Cuáles son, en vuestra opinión, las vulneraciones de derechos más flagrantes en salud mental en España?

G.N.: Todo lo relacionado con la libertades es vulnerado de mil maneras por el estigma que nos persigue. De hecho, no es infrecuente que una persona diagnosticada nos diga que perdió su libertad el día que acudió a la consulta de un psiquiatra y que va a irse de España para empezar de nuevo. Además se desprecia la gravedad de los efectos secundarios de la medicación a pesar de los estudios al respecto por parte de los propios psiquiatras. Eso sí que es de locos.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text css=".vc_custom_1582800753297{background-color: #ffffff !important;}"]

“Las medidas coercitivas solo sirven para aumentar el sufrimiento y destruir la autoestima”

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]I.M.: Sin duda alguna, todas las relacionadas con la privación de la capacidad y libertad de la persona. Necesitamos con urgencia humanizar la atención psiquiátrica. El sufrimiento psíquico no puede ser un motivo para la discriminación ni para añadir más dolor a la persona.  Y sin embargo, continúan aplicándose medidas de  tan violentas como las contenciones mecánicas. ¿Cómo valoráis esta realidad? I.M.: Los recursos siguen estando muy por debajo de lo que se necesita, las redes no están interconectadas y los presupuestos en materia de salud mental son totalmente insuficientes. Estas graves carencias han promovido el uso de la coerción en detrimento de las medidas terapéuticas y ese uso continuado a lo largo de los años ha instaurado una suerte de cultura sanitaria que hay que ir desactivando. G.N.: El ser humano se acostumbra a todo y nos hemos acostumbrado a la psiquiatría coercitiva. Todavía se cree que estas medidas no pueden tender a desaparecer a pesar de las evidencias recopiladas por los propios profesionales y las reivindicaciones en contra efectuadas por muchos de ellos. Ha habido incluso fallecimientos por esta causa, como el caso de Andreas en Asturias, por no hablar del trauma que supone para muchas personas recibir este trato en un momento vital de extrema vulnerabilidad. ¿Qué se puede hacer para mejorar esta situación? G.N.: Denunciar cada caso jurídicamente y ante los medios de comunicación. Tenemos que tener claro que como movimiento no debemos dejar pasar ninguna vulneración de derechos humanos. Sin transmitir que vamos a luchar cada caso no lograremos cambiar la percepción de la sociedad. I.M.: Es muy doloroso ver cómo personas como Andreas y tantas otras pierden su bien más preciado, como es la propia vida. Para cambiar esta situación, la toma de conciencia es el primer paso. Solo así se puede comenzar a crear un muro de contención para que los derechos humanos no cedan ante los automatismos, la comodidad, la falta de recursos, la carencia de formación específica en desescalada verbal, etc. Necesitamos, en definitiva, que se comience a mirar a la persona. Ya lo decía Hipócrates: “Es mucho más importante saber qué persona tiene la enfermedad que qué enfermedad tiene la persona”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text css=".vc_custom_1582801341973{background-color: #ffffff !important;}"]

“Los recursos siguen estando muy por debajo de lo que se necesita”

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Otro asunto preocupante es el Protocolo Adicional al Convenio de Oviedo, cuyo fin es que los ingresos y tratamientos involuntarios estén incluidos y protocolizados. ¿Qué opinión os merece? I.M.: Para mí las cuestiones de derechos humanos no son opinables. Se vulneran esos derechos o no se vulneran y en este caso se vulneran. Por eso en la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA hemos trabajado conjuntamente con el CERMI, la AEN y Mental Health Europe para frenar la aprobación de este proyecto de Protocolo respecto a los ingresos y tratamientos involuntarios. Gonzalo, como persona con experiencia propia en salud mental, ¿has vivido vulneraciones de derechos por este motivo?[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="3/4"][vc_column_text]G.N.: En mi caso las mayores vulneraciones sucedieron en la planta de Psiquiatría. Al ser recursos cerrados se reproducen mecánicas carcelarias. Lo curioso es que, como había estudiado Derecho, pude identificarlo nada más entrar y adaptarme. Pero es lamentable que para quien conoce el mundo penitenciario le parezca tan claro que funcionen muchos recursos sanitarios como prisiones. Por otro lado, como mi trastorno se manifiesta con tics motores y vocales, la sociedad civil siempre me ha temido y despreciado con la única excepción del tejido asociativo. Esto evidencia que el estigma no es sólo institucional, sino claramente de toda la sociedad. Las mujeres con problemas de salud mental sufren una doble discriminación. En este sentido, Irene, ¿cuáles son las principales vulneraciones de derechos que afectan a las mujeres por el hecho de serlo? I.M.: Las mujeres son más vulnerables a sufrir todo tipo de violencia. Concretamente, en materia de violencia machista tenemos el problema añadido de la limitación de acceso a los recursos de acogida disponibles para las mujeres sometidas a este tipo de violencia, si estas tienen problemas de salud mental. Otro problema es que no tenemos datos sobre salud mental materna ni, por tanto, recursos que promuevan la prevención y adecuado tratamiento de la misma. Los problemas de salud mental en el embarazo, el parto y el puerperio se viven en soledad, pudiendo en los casos más graves llegar también al suicidio. ¿Estamos yendo hacia otro tipo de atención de la salud mental en nuestro país? G.N.: Hay múltiples iniciativas muy interesantes por todo el Estado pero siguen siendo minoritarias. Lo habitual es la polimedicación para toda la vida con visitas cada muchos meses y este es un modelo agotado. Pero para muchos es un modelo realmente cómodo porque en vez de practicar la medicina eres un mero recetador. Y si hablamos de los intereses de las farmacéuticas nos topamos con los que tienen el mango de la sartén. Un paciente crónico durante 30 o 40 años es una auténtica mina. Si empezáramos a mejorar y a consumir mucha menos medicación, los beneficios disminuirían, por lo que hacen todo lo que pueden para mantener esta situación. Con gran éxito, todo hay que decirlo.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width="1/4"][vc_single_image image="57448" img_size="full" add_caption="yes" alignment="right"][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text css=".vc_custom_1582801565020{background-color: #ffffff !important;}"]

"Precisamente porque la situación es trágica es tan importante solucionarla”

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]¿Creéis que estamos muy lejos de conseguir que los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental se respeten en nuestro país? ¿Sois optimistas en este sentido? I.M.: Si no fuera optimista, me tendría que retirar ahora mismo. Necesitamos actuar para alcanzar ese objetivo, con un ojo puesto en el cielo y otro en el suelo. Considero que se está en el buen camino, al menos en la mayoría de los movimientos y organizaciones de la sociedad civil, y una de las claves para ello se encuentra en el liderazgo cada vez más fuerte que están ejerciendo los movimientos en primera persona. G.N.: Pienso que se avanza pero tan lentamente que se quedan demasiadas personas en el camino. Sólo esto me impide ser optimista. Pero no hay que confundir falta de optimismo con falta de motivación. Precisamente porque la situación es trágica es tan importante solucionarla.   Entrevista publicada en el número 3 de la Revista Encuentro de 2019.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="1/4"][vc_btn title="VOLVER A NOTICIAS" style="gradient-custom" gradient_custom_color_1="#ffffff" gradient_custom_color_2="#ffffff" gradient_text_color="#005b50" shape="square" align="center" i_icon_fontawesome="fa fa-chevron-circle-left" add_icon="true" link="url:%2Fnoticias%2F|title:NOTICIAS||"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][/vc_row] [post_title] => “Las medidas coercitivas solo sirven para aumentar el sufrimiento y destruir la autoestima” [post_excerpt] => Hablando con... Irene Muñoz y Gonzalo Nielfa, participantes en la Comisión de Defensa de Derechos Humanos de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA. Entrevista publicada en el número 3 de la Revista Encuentro de 2019. [post_status] => publish [comment_status] => closed [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => las-medidas-coercitivas-solo-sirven-para-aumentar-el-sufrimiento-y-destruir-la-autoestima [to_ping] => [pinged] => http://trescomweb.es/saludmental/centro-documentacion/revista-encuentro-no-3-ano-2019/ [post_modified] => 2020-04-19 20:18:17 [post_modified_gmt] => 2020-04-19 18:18:17 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://consaludmental.org/?p=57445 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 0 [filter] => raw )

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“Las medidas coercitivas solo sirven para aumentar el sufrimiento y destruir la autoestima”

14/02/2020

Hablando con... Irene Muñoz y Gonzalo Nielfa, participantes en la Comisión de Defensa de Derechos Humanos de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA. Entrevista publicada en el número 3 de la Revista Encuentro de 2019.

“¿Dónde empiezan los derechos humanos universales? En pequeños lugares, cerca de casa; en lugares tan próximos y tan pequeños que no aparecen en ningún mapa. Si esos derechos no significan nada en estos lugares, tampoco significan nada en ninguna otra parte». Esta frase de Eleanor Roosevelt, Presidenta del Comité de Redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos, resume la importancia de que las vulneraciones de derechos no se produzcan en ningún lugar y a ninguna escala. Sin embargo, la realidad es que queda mucho trabajo por hacer, especialmente en el ámbito de la salud mental. Por ello, con motivo de la celebración del Día de los Derechos Humanos el pasado 10 de diciembre, hablamos con Irene Muñoz Escandell, asesora jurídica de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA, y con Gonzalo Nielfa, miembro del Comité Pro Salud Mental En Primera Persona de la Confederación.

Como representantes de la Comisión de Defensa de Derechos Humanos de SALUD MENTAL ESPAÑA, ¿en qué punto consideráis que se encuentran los derechos humanos en el ámbito de la salud mental?

Irene Muñoz Escandell, asesora jurídica de SALUD MENTAL ESPAÑA
Irene Muñoz Escandell, asesora jurídica de SALUD MENTAL ESPAÑA

Gonzalo Nielfa (G.N.): En materia de Derechos Humanos la salud mental vive en la excepcionalidad: por supuestos motivos de seguridad y efectividad del tratamiento se practican todo tipo de medidas coercitivas a pesar de que la literatura científica reiteradamente ha demostrado que sólo sirven para aumentar el sufrimiento y destruir la autoestima.
Dentro de los avances conseguidos en materia de derechos humanos de las , ¿por qué los que atañen a los problemas de salud mental continúan en la retaguardia?

Irene Muñoz (I.M.): Todo lo que nos mira de frente, lo que escapa a nuestro control y puede cambiar el curso de nuestra vida o, en el peor de los casos, acabar con ella, procuramos esconderlo en el fondo del armario para no verlo. Es una reacción muy primaria y humana. Evitamos lo que tememos y los asuntos que atañen a la salud mental es algo que puede atravesar nuestras vidas, incluso sin darnos cuenta.

¿Cuáles son, en vuestra opinión, las vulneraciones de derechos más flagrantes en salud mental en España?

G.N.: Todo lo relacionado con la libertades es vulnerado de mil maneras por el estigma que nos persigue. De hecho, no es infrecuente que una persona diagnosticada nos diga que perdió su libertad el día que acudió a la consulta de un psiquiatra y que va a irse de España para empezar de nuevo. Además se desprecia la gravedad de los efectos secundarios de la medicación a pesar de los estudios al respecto por parte de los propios psiquiatras. Eso sí que es de locos.

“Las medidas coercitivas solo sirven para aumentar el sufrimiento y destruir la autoestima”

I.M.: Sin duda alguna, todas las relacionadas con la privación de la capacidad y libertad de la persona. Necesitamos con urgencia humanizar la atención psiquiátrica.

El sufrimiento psíquico no puede ser un motivo para la discriminación ni para añadir más dolor a la persona.  Y sin embargo, continúan aplicándose medidas de  tan violentas como las contenciones mecánicas. ¿Cómo valoráis esta realidad?

I.M.: Los recursos siguen estando muy por debajo de lo que se necesita, las redes no están interconectadas y los presupuestos en materia de salud mental son totalmente insuficientes. Estas graves carencias han promovido el uso de la coerción en detrimento de las medidas terapéuticas y ese uso continuado a lo largo de los años ha instaurado una suerte de cultura sanitaria que hay que ir desactivando.

G.N.: El ser humano se acostumbra a todo y nos hemos acostumbrado a la psiquiatría coercitiva. Todavía se cree que estas medidas no pueden tender a desaparecer a pesar de las evidencias recopiladas por los propios profesionales y las reivindicaciones en contra efectuadas por muchos de ellos.

Ha habido incluso fallecimientos por esta causa, como el caso de Andreas en Asturias, por no hablar del trauma que supone para muchas personas recibir este trato en un momento vital de extrema vulnerabilidad. ¿Qué se puede hacer para mejorar esta situación?

G.N.: Denunciar cada caso jurídicamente y ante los medios de comunicación. Tenemos que tener claro que como movimiento no debemos dejar pasar ninguna vulneración de derechos humanos. Sin transmitir que vamos a luchar cada caso no lograremos cambiar la percepción de la sociedad.

I.M.: Es muy doloroso ver cómo personas como Andreas y tantas otras pierden su bien más preciado, como es la propia vida. Para cambiar esta situación, la toma de conciencia es el primer paso. Solo así se puede comenzar a crear un muro de contención para que los derechos humanos no cedan ante los automatismos, la comodidad, la falta de recursos, la carencia de formación específica en desescalada verbal, etc. Necesitamos, en definitiva, que se comience a mirar a la persona. Ya lo decía Hipócrates: “Es mucho más importante saber qué persona tiene la enfermedad que qué enfermedad tiene la persona”.

“Los recursos siguen estando muy por debajo de lo que se necesita”

Otro asunto preocupante es el Protocolo Adicional al Convenio de Oviedo, cuyo fin es que los ingresos y tratamientos involuntarios estén incluidos y protocolizados. ¿Qué opinión os merece?

I.M.: Para mí las cuestiones de derechos humanos no son opinables. Se vulneran esos derechos o no se vulneran y en este caso se vulneran. Por eso en la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA hemos trabajado conjuntamente con el CERMI, la AEN y Mental Health Europe para frenar la aprobación de este proyecto de Protocolo respecto a los ingresos y tratamientos involuntarios.

Gonzalo, como persona con experiencia propia en salud mental, ¿has vivido vulneraciones de derechos por este motivo?

G.N.: En mi caso las mayores vulneraciones sucedieron en la planta de Psiquiatría. Al ser recursos cerrados se reproducen mecánicas carcelarias. Lo curioso es que, como había estudiado Derecho, pude identificarlo nada más entrar y adaptarme. Pero es lamentable que para quien conoce el mundo penitenciario le parezca tan claro que funcionen muchos recursos sanitarios como prisiones. Por otro lado, como mi trastorno se manifiesta con tics motores y vocales, la sociedad civil siempre me ha temido y despreciado con la única excepción del tejido asociativo. Esto evidencia que el estigma no es sólo institucional, sino claramente de toda la sociedad.

Las mujeres con problemas de salud mental sufren una doble discriminación. En este sentido, Irene, ¿cuáles son las principales vulneraciones de derechos que afectan a las mujeres por el hecho de serlo?

I.M.: Las mujeres son más vulnerables a sufrir todo tipo de violencia. Concretamente, en materia de violencia machista tenemos el problema añadido de la limitación de acceso a los recursos de acogida disponibles para las mujeres sometidas a este tipo de violencia, si estas tienen problemas de salud mental. Otro problema es que no tenemos datos sobre salud mental materna ni, por tanto, recursos que promuevan la prevención y adecuado tratamiento de la misma. Los problemas de salud mental en el embarazo, el parto y el puerperio se viven en soledad, pudiendo en los casos más graves llegar también al suicidio.

¿Estamos yendo hacia otro tipo de atención de la salud mental en nuestro país?

G.N.: Hay múltiples iniciativas muy interesantes por todo el Estado pero siguen siendo minoritarias. Lo habitual es la polimedicación para toda la vida con visitas cada muchos meses y este es un modelo agotado. Pero para muchos es un modelo realmente cómodo porque en vez de practicar la medicina eres un mero recetador. Y si hablamos de los intereses de las farmacéuticas nos topamos con los que tienen el mango de la sartén. Un paciente crónico durante 30 o 40 años es una auténtica mina. Si empezáramos a mejorar y a consumir mucha menos medicación, los beneficios disminuirían, por lo que hacen todo lo que pueden para mantener esta situación. Con gran éxito, todo hay que decirlo.

Gonzalo Nielfa, miembro del Comité Pro Salud Mental En Primera Persona de la Confederación
Gonzalo Nielfa, miembro del Comité Pro Salud Mental En Primera Persona de la Confederación

«Precisamente porque la situación es trágica es tan importante solucionarla”

¿Creéis que estamos muy lejos de conseguir que los derechos humanos de las personas con problemas de salud mental se respeten en nuestro país? ¿Sois optimistas en este sentido?

I.M.: Si no fuera optimista, me tendría que retirar ahora mismo. Necesitamos actuar para alcanzar ese objetivo, con un ojo puesto en el cielo y otro en el suelo. Considero que se está en el buen camino, al menos en la mayoría de los movimientos y organizaciones de la sociedad civil, y una de las claves para ello se encuentra en el liderazgo cada vez más fuerte que están ejerciendo los movimientos en primera persona.

G.N.: Pienso que se avanza pero tan lentamente que se quedan demasiadas personas en el camino. Sólo esto me impide ser optimista. Pero no hay que confundir falta de optimismo con falta de motivación. Precisamente porque la situación es trágica es tan importante solucionarla.

 

Entrevista publicada en el número 3 de la Revista Encuentro de 2019.