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[post_content] => [vc_row][vc_column][vc_column_text]Las nuevas tecnologías y las redes sociales forman parte de nuestra vida cotidiana. Su influencia es cada vez mayor: en España, según el estudio anual de IAB Spain, el 85% de las personas que navega por Internet entre 12 y 70 años utilizan las redes sociales, lo que representa 28,3 millones de personas. Si nos centramos en jóvenes y adolescentes, el 98,5% está registrado en alguna red social. Esto da una idea de hasta qué punto están presentes en nuestro día a día, especialmente entre la población más joven. Pero ¿sabemos lidiar con ellas de una forma saludable? ¿Qué impacto tienen las nuevas tecnologías en nuestra salud mental?[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image="93634" img_size="full" alignment="center" onclick="link_image"][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Sin duda, son preguntas cuyas respuestas no son blancas ni negras, sino que en ellas cabe un amplio espectro de grises. Las redes sociales se han convertido en plataformas habituales para compartir contenido de todo tipo. Jóvenes y adolescentes las usan en un grado muy elevado y las emplean tanto para adquirir conocimiento, como para compartir espacios con sus iguales.
Alejandra Julio Berrio, psicóloga general sanitaria y colaboradora de SALUD MENTAL ESPAÑA, opina que las nuevas tecnologías son un instrumento que tiene elementos de riesgo y de beneficio, tanto en la infancia como en la adultez. “El problema no es que exista una herramienta, la clave está en aprender a modular el uso de la herramienta, en encontrar un uso equilibrado”, afirma la psicóloga.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
“El problema no es que exista una herramienta, sino encontrar un uso equilibrado”.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="1/2"][vc_column_text]Uno de los beneficios más importantes es el acceso y aprendizaje de nuevos conocimientos y la mejora que ofrecen las nuevas tecnologías en las posibilidades de comunicación interpersonal.
Para muchas personas, suponen un canal a través del cual pueden expresar sus sentimientos, sus inquietudes y sus miedos. En los últimos tiempos, se están utilizando además como herramientas para compartir el malestar psíquico y para hablar de forma natural sobre salud mental, lo cual puede contribuir a erradicar el estigma asociado a los trastornos mentales. Si se interactúa de forma positiva, permiten acceso a información, promueven el desarrollo de habilidades e incluso, en ciertos casos, fomentan ese sentimiento de pertenencia que para la juventud es tan importante.
Riesgos asociados a la salud mental.
No obstante, según un estudio publicado en la revista American Journal of Preventive Medicine, las personas jóvenes que hacen un uso elevado de las redes sociales se sienten más aisladas que aquellas que las utilizan menos.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width="1/2"][vc_single_image image="93642" img_size="full" add_caption="yes" onclick="link_image"][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Otra investigación sugiere que la mayoría (el 88%) de las personas jóvenes usuarias de las redes sociales no es consciente de que el uso abusivo puede provocar problemas de salud mental. Más de la mitad de los y las menores (62,3%) ven las redes sociales más como una amenaza que como una oportunidad o entretenimiento (37,7%). Además, se ha observado que los y las centennials abusan diariamente del consumo de Internet con una frecuencia reconocida de uso mayor a 5 horas diarias en el 85,7% de los casos. Se observa por tanto una exposición excesiva de menores de edad a Internet.
“Un factor importante para determinar esta relación es si utilizamos la tecnología como instrumento o como un fin”, explica Alejandra Julio Berrio. “Si le colocamos el teléfono móvil al niño para que consiga comer o para que se quede sentado mientras intentamos mantener una conversación o hacer alguna otra cosa, la utilizamos como fin y no como instrumento. Igual sería en el caso de los adultos si lo utilizamos como medio de evitación, si nos sentamos durante horas delante del dispositivo con la finalidad de que pase el tiempo sin más”, asegura.
Una revisión llevada a cabo por varias universidades chilenas concluyó que los altos niveles de uso de las redes sociales en estudiantes de nivel universitario se correlacionaron con la aparición de depresión, ansiedad, estrés, adicción a Internet, Fomo (siglas en inglés para referirse un tipo de ansiedad social que surge de creer que otros pueden divertirse mientras uno no está presente), problemas de aprendizaje y trastornos del sueño.
Alejandra Julio Berrio reconoce que las nuevas tecnologías pueden afectar de forma negativa a personas con riesgo de tener problemas de salud mental. “Por citar un ejemplo, hay estudios que acreditan la relación entre redes sociales y la agudización de ciertos trastornos como los TCA (trastornos de conducta alimentaria) que suelen afectar a población joven, ya que se ven expuestos a información descontrolada, falsa, con datos poco o nada avalados, y que pueden promover conductas lesivas”, revela la psicóloga.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
“El 88% de las personas jóvenes usuarias de las redes sociales no es consciente de que el uso abusivo puede provocar problemas de salud mental”.
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image="93650" img_size="full" alignment="center" onclick="link_image"][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Las nuevas tecnologías también pueden emplearse para potenciar el acoso escolar a través del ciberbullying, con lo que el escenario de insultos, amenazas o difamaciones de la víctima se extiende más allá del contexto del centro educativo. Según el estudio de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras para América, Europa, Asia, Oceanía y África, realizado entre enero 2021 y febrero de 2022, los casos de bullying en España continúan en aumento, ya que 7 de cada 10 niños y niñas sufren todos los días algún de tipo de acoso (de tipo verbal o físico) y ciberacoso.
Además, crean un flujo de información constante y suponen, para muchas personas, una exposición continua. Esta sobreexposición dificulta el hecho de consumir contenidos de forma crítica y con cierta distancia emocional. Cuando esto ocurre, nos exponemos a que aparezcan las inseguridades, a invalidar nuestras fortalezas y, sobre todo, empezamos a compararnos. “Entramos en conflicto entre lo que creemos ser y lo que consideramos que deberíamos ser y parecer para los demás y para nosotros mismos”, señala Alejandra Julio Berrio.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
“La vida es lo que se refleja en tu pantalla mientras tú miras lo que está dentro”
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="1/2"][vc_single_image image="93652" img_size="full" add_caption="yes"][/vc_column][vc_column width="1/2"][vc_column_text]Como ejemplo del impacto que las redes sociales pueden causar al bienestar emocional, un estudio publicado en la revista Cyberpsychology, Behaviour and Social Networking analizó qué ocurría al pasar una semana lejos de las redes sociales. La investigación concluyó que desconectar unos días de Facebook, Instagram, TikTok y Twitter puede ser suficiente para tener efectos positivos relevantes para las personas que las usan una hora o más al día, ayudando a reducir los niveles de ansiedad y depresión, así como a mejorar el estado de ánimo.
Cómo mejorar la relación con las nuevas tecnologías.Desde SALUD MENTAL ESPAÑA, se reivindica más y mejor formación en torno a las redes sociales y sus posibles efectos, especialmente entre personas adultas que tratan con jóvenes y adolescentes (padres, madres, profesorado, etc.), para promover la prevención de conductas que puedan desencadenar problemas de salud mental.
Igualmente, la Confederación apela a que se instauren asignaturas y contenidos de educación emocional en las aulas, que ayudarían a reducir los casos de ciberacoso y, con ello, las nefastas consecuencias que tienen en la mayoría de las ocasiones sobre las víctimas.
La psicóloga Julio Berrio añade la importancia de analizar para qué utilizamos las nuevas tecnologías, ya que es importante que el contenido que consumimos nos agregue valor de algún tipo: “Podemos empezar por identificar qué emociones nos causa el contenido que consumimos, si nos produce malestar, si nos sentimos más ansiosos o más tristes, más violentos o menos válidos… en definitiva, si consigue alterar el ánimo en negativo”.
La psicóloga explica que, si nos produce ese tipo de emociones, quizá no estamos eligiendo el perfil adecuado para nosotros y nosotras. En este punto, señala la importancia de individualizar, ya que “lo que me genera malestar a mí no tiene por qué generárselo a otros y viceversa”. Por tanto, hemos de explorar la relación que tenemos con las nuevas tecnologías, el tipo de interacción, cuánto interviene en nuestras rutinas, si son un factor determinante en nuestras actitudes, o cuánto pesan en las decisiones que tomamos… “Si nos detenemos un minuto a observar esa relación, y hacemos un análisis de esta, nos acercaremos más a un uso equilibrado”.
Julio Berrio termina con una reflexión: “Vivir no siempre funciona como esperamos. La vida falla y hay que resetearse. No te permite intentar las cosas 200 veces hasta que elijas la adecuada, a veces te da solo una oportunidad; no te permite filtrar los miedos para que estés constantemente seguro, no te deja esconderte detrás de un tuit, ni se hace sencilla a fuerza de `me gusta´. La vida es lo que se refleja en tu pantalla mientas tú miras lo que está dentro”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_separator][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Reportaje publicado en el nº 2 de la Revista Encuentro, 2022.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="1/4"][vc_btn title="VOLVER A NOTICIAS" style="gradient-custom" gradient_custom_color_1="#ffffff" gradient_custom_color_2="#ffffff" gradient_text_color="#005b50" shape="square" align="center" i_icon_fontawesome="fa fa-chevron-circle-left" add_icon="true" link="url:%2Fnoticias%2F|title:NOTICIAS||"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][/vc_row]
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Nuevas tecnologías y redes sociales: la salud mental tras la pantalla
24/02/2023
Reportaje sobre el impacto para la salud mental del abuso de las nuevas tecnologías. Publicado en la Revista Encuentro, nº 2 de 2022.
Las nuevas tecnologías y las redes sociales forman parte de nuestra vida cotidiana. Su influencia es cada vez mayor: en España, según el estudio anual de IAB Spain, el 85% de las personas que navega por Internet entre 12 y 70 años utilizan las redes sociales, lo que representa 28,3 millones de personas. Si nos centramos en jóvenes y adolescentes, el 98,5% está registrado en alguna red social. Esto da una idea de hasta qué punto están presentes en nuestro día a día, especialmente entre la población más joven. Pero ¿sabemos lidiar con ellas de una forma saludable? ¿Qué impacto tienen las nuevas tecnologías en nuestra salud mental?
Sin duda, son preguntas cuyas respuestas no son blancas ni negras, sino que en ellas cabe un amplio espectro de grises. Las redes sociales se han convertido en plataformas habituales para compartir contenido de todo tipo. Jóvenes y adolescentes las usan en un grado muy elevado y las emplean tanto para adquirir conocimiento, como para compartir espacios con sus iguales.
Alejandra Julio Berrio, psicóloga general sanitaria y colaboradora de SALUD MENTAL ESPAÑA, opina que las nuevas tecnologías son un instrumento que tiene elementos de riesgo y de beneficio, tanto en la infancia como en la adultez. “El problema no es que exista una herramienta, la clave está en aprender a modular el uso de la herramienta, en encontrar un uso equilibrado”, afirma la psicóloga.
“El problema no es que exista una herramienta, sino encontrar un uso equilibrado”.
Uno de los beneficios más importantes es el acceso y aprendizaje de nuevos conocimientos y la mejora que ofrecen las nuevas tecnologías en las posibilidades de comunicación interpersonal.
Para muchas personas, suponen un canal a través del cual pueden expresar sus sentimientos, sus inquietudes y sus miedos. En los últimos tiempos, se están utilizando además como herramientas para compartir el malestar psíquico y para hablar de forma natural sobre salud mental, lo cual puede contribuir a erradicar el estigma asociado a los trastornos mentales. Si se interactúa de forma positiva, permiten acceso a información, promueven el desarrollo de habilidades e incluso, en ciertos casos, fomentan ese sentimiento de pertenencia que para la juventud es tan importante.
Otra investigación sugiere que la mayoría (el 88%) de las personas jóvenes usuarias de las redes sociales no es consciente de que el uso abusivo puede provocar problemas de salud mental. Más de la mitad de los y las menores (62,3%) ven las redes sociales más como una amenaza que como una oportunidad o entretenimiento (37,7%). Además, se ha observado que los y las centennials abusan diariamente del consumo de Internet con una frecuencia reconocida de uso mayor a 5 horas diarias en el 85,7% de los casos. Se observa por tanto una exposición excesiva de menores de edad a Internet.
“Un factor importante para determinar esta relación es si utilizamos la tecnología como instrumento o como un fin”, explica Alejandra Julio Berrio. “Si le colocamos el teléfono móvil al niño para que consiga comer o para que se quede sentado mientras intentamos mantener una conversación o hacer alguna otra cosa, la utilizamos como fin y no como instrumento. Igual sería en el caso de los adultos si lo utilizamos como medio de evitación, si nos sentamos durante horas delante del dispositivo con la finalidad de que pase el tiempo sin más”, asegura.
Una revisión llevada a cabo por varias universidades chilenas concluyó que los altos niveles de uso de las redes sociales en estudiantes de nivel universitario se correlacionaron con la aparición de depresión, ansiedad, estrés, adicción a Internet, Fomo (siglas en inglés para referirse un tipo de ansiedad social que surge de creer que otros pueden divertirse mientras uno no está presente), problemas de aprendizaje y trastornos del sueño.
Alejandra Julio Berrio reconoce que las nuevas tecnologías pueden afectar de forma negativa a personas con riesgo de tener problemas de salud mental. “Por citar un ejemplo, hay estudios que acreditan la relación entre redes sociales y la agudización de ciertos trastornos como los TCA (trastornos de conducta alimentaria) que suelen afectar a población joven, ya que se ven expuestos a información descontrolada, falsa, con datos poco o nada avalados, y que pueden promover conductas lesivas”, revela la psicóloga.
“El 88% de las personas jóvenes usuarias de las redes sociales no es consciente de que el uso abusivo puede provocar problemas de salud mental”.
Las nuevas tecnologías también pueden emplearse para potenciar el acoso escolar a través del ciberbullying, con lo que el escenario de insultos, amenazas o difamaciones de la víctima se extiende más allá del contexto del centro educativo. Según el estudio de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras para América, Europa, Asia, Oceanía y África, realizado entre enero 2021 y febrero de 2022, los casos de bullying en España continúan en aumento, ya que 7 de cada 10 niños y niñas sufren todos los días algún de tipo de acoso (de tipo verbal o físico) y ciberacoso.
Además, crean un flujo de información constante y suponen, para muchas personas, una exposición continua. Esta sobreexposición dificulta el hecho de consumir contenidos de forma crítica y con cierta distancia emocional. Cuando esto ocurre, nos exponemos a que aparezcan las inseguridades, a invalidar nuestras fortalezas y, sobre todo, empezamos a compararnos. “Entramos en conflicto entre lo que creemos ser y lo que consideramos que deberíamos ser y parecer para los demás y para nosotros mismos”, señala Alejandra Julio Berrio.
“La vida es lo que se refleja en tu pantalla mientras tú miras lo que está dentro”
Como ejemplo del impacto que las redes sociales pueden causar al bienestar emocional, un estudio publicado en la revista Cyberpsychology, Behaviour and Social Networking analizó qué ocurría al pasar una semana lejos de las redes sociales. La investigación concluyó que desconectar unos días de Facebook, Instagram, TikTok y Twitter puede ser suficiente para tener efectos positivos relevantes para las personas que las usan una hora o más al día, ayudando a reducir los niveles de ansiedad y depresión, así como a mejorar el estado de ánimo.
Cómo mejorar la relación con las nuevas tecnologías.
Desde SALUD MENTAL ESPAÑA, se reivindica más y mejor formación en torno a las redes sociales y sus posibles efectos, especialmente entre personas adultas que tratan con jóvenes y adolescentes (padres, madres, profesorado, etc.), para promover la prevención de conductas que puedan desencadenar problemas de salud mental.
Igualmente, la Confederación apela a que se instauren asignaturas y contenidos de educación emocional en las aulas, que ayudarían a reducir los casos de ciberacoso y, con ello, las nefastas consecuencias que tienen en la mayoría de las ocasiones sobre las víctimas.
La psicóloga Julio Berrio añade la importancia de analizar para qué utilizamos las nuevas tecnologías, ya que es importante que el contenido que consumimos nos agregue valor de algún tipo: “Podemos empezar por identificar qué emociones nos causa el contenido que consumimos, si nos produce malestar, si nos sentimos más ansiosos o más tristes, más violentos o menos válidos… en definitiva, si consigue alterar el ánimo en negativo”.
La psicóloga explica que, si nos produce ese tipo de emociones, quizá no estamos eligiendo el perfil adecuado para nosotros y nosotras. En este punto, señala la importancia de individualizar, ya que “lo que me genera malestar a mí no tiene por qué generárselo a otros y viceversa”. Por tanto, hemos de explorar la relación que tenemos con las nuevas tecnologías, el tipo de interacción, cuánto interviene en nuestras rutinas, si son un factor determinante en nuestras actitudes, o cuánto pesan en las decisiones que tomamos… “Si nos detenemos un minuto a observar esa relación, y hacemos un análisis de esta, nos acercaremos más a un uso equilibrado”.
Julio Berrio termina con una reflexión: “Vivir no siempre funciona como esperamos. La vida falla y hay que resetearse. No te permite intentar las cosas 200 veces hasta que elijas la adecuada, a veces te da solo una oportunidad; no te permite filtrar los miedos para que estés constantemente seguro, no te deja esconderte detrás de un tuit, ni se hace sencilla a fuerza de `me gusta´. La vida es lo que se refleja en tu pantalla mientas tú miras lo que está dentro”.
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