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[post_content] => [vc_row][vc_column][vc_column_text css=""]Los últimos datos recabados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al año 2020, fijaban en 4,38 millones el número de personas con alguna discapacidad en España, lo que suponía algo más de un 9% de la población en ese momento. La OMS fija este porcentaje en el 15% a nivel global.
Son cifras que no pueden pasar desapercibidas, como tampoco se pueden obviar las necesidades de tantos millones de personas, que, en ocasiones, son necesidades especiales, pero que en la inmensa mayoría de los casos apenas difieren de lo que requiere una persona sin ninguna discapacidad.
Para dejar constancia de ello y debatir sobre los principales aspectos a abordar en el ámbito de la discapacidad, el pasado 8 de noviembre se celebró en Madrid la Conferencia Europea sobre discapacidad: ‘Preparados para el futuro: protegiendo los derechos y la inclusión de las personas con discapacidad ante los grandes retos actuales’.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text css=""]Los últimos datos recabados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al año 2020, fijaban en 4,38 millones el número de personas con alguna discapacidad en España, lo que suponía algo más de un 9% de la población en ese momento. La OMS fija este porcentaje en el 15% a nivel global.
Son cifras que no pueden pasar desapercibidas, como tampoco se pueden obviar las necesidades de tantos millones de personas, que, en ocasiones, son necesidades especiales, pero que en la inmensa mayoría de los casos apenas difieren de lo que requiere una persona sin ninguna discapacidad.
Para dejar constancia de ello y debatir sobre los principales aspectos a abordar en el ámbito de la discapacidad, el pasado 8 de noviembre se celebró en Madrid la Conferencia Europea sobre discapacidad: ‘Preparados para el futuro: protegiendo los derechos y la inclusión de las personas con discapacidad ante los grandes retos actuales’.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="1/3"][vc_single_image image="130997" img_size="full" add_caption="yes" onclick="link_image" css=""][/vc_column][vc_column width="2/3"][vc_column_text css=""]En ella participó Basilio García Copín, vicepresidente de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA, para hablar de la protección de la salud mental de las personas con discapacidad. García Copín compartió panel con Guadalupe Morales, vicepresidenta de la Red Europea de Ex Usuarios y Supervivientes de Psiquiatría y Nina Portolan, miembro del Comité de Juventud del Foro Europeo de la Discapacidad (EDF, por sus siglas en inglés), bajo la moderación de Kristijan Grdjan, vicepresidente de Mental Health Europe.
Guadalupe Morales destacó la necesidad de garantizar que todas las personas con discapacidad psicosocial tengan capacidad jurídica y libertad, y recordó que sus derechos están asegurados por la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, “pero a menudo no la conocen ni conocen sus derechos”.
Nina Portolan aportó la perspectiva de las y los jóvenes con discapacidad, quienes “todavía carecen en gran medida de acceso a la salud mental y a la atención sanitaria”, a lo que sumó “la criminalización de la salud mental que también está alejando a los jóvenes de buscar tratamiento”. Abordó también el tema de las nuevas tecnologías, denunciando las barreras que enfrentan las personas con discapacidad en el mundo digital y cómo afecta la salud mental de las y los jóvenes con discapacidad.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text css=""]Basilio García Copín, por su parte, comenzó su intervención apelando a que “la salud mental es la condición primera del bienestar” para cualquier persona y aportó algunas claves para conseguir mejorar la salud mental de las personas con discapacidad, y en especial de aquellas con discapacidad psicosocial.
El vicepresidente de SALUD MENTAL ESPAÑA señaló como factor clave el asegurar la autoestima, la confianza y la seguridad de la persona. “La expresión de la salud mental tiene tres figuras: la autoestima, la confianza, y la seguridad. En un entorno accesible estas figuras tienen una lectura positiva, y la salud mental se fortalece. En un entorno no accesible estas figuras afectan a la salud mental, el entorno es hostil, tiene una lectura imposible, y el resultado es la impotencia, la ansiedad, o la depresión”, explicó García Copín.
En este sentido, consideró las mismas premisas para las personas con una discapacidad psicosocial, afirmando que “las personas con un trastorno mental pueden llegar a tener un buen estado de salud mental y bienestar”, si bien, puso el foco en la dificultad añadida del estigma, que hace más complejo el camino hacia esa seguridad, autoestima y confianza que propicia una buena salud mental.
García Copín explicó que además de una actitud individual de “superación, lucha e inconformismo”, es necesaria “una actitud colectiva, que es la inclusión, la adaptación, un clima de oportunidades. Si no concurre esta actitud colectiva se levanta una barrera, y aparecen las limitaciones. En el caso de la discapacidad psicosocial esta barrera es invisible y tiene que ver con el fenómeno del estigma”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text css=""]La importancia de transformar a la sociedad
Para García Copín es necesario trasformar las relaciones socioafectivas, las condiciones socioeconómicas y las condiciones sociosanitarias. “Es preciso - remarcó- que la gente tenga apoyos, y se fortalezcan los vínculos humanos, hay que luchar contra ese enemigo poderoso que es la soledad; que las personas tengan un proyecto de vida donde centrar su experiencia mental; y que puedan acceder a un sistema de recuperación de calidad, continuo, y que contemple la proyección social de la persona”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="1/2"][vc_column_text css=""]En cuanto al vehículo para lograrlo, García señaló al Estado del Bienestar y a la necesidad urgente de asegurar y preservar los derechos de las personas con discapacidad. “Si acudimos a un simbolismo, los derechos son el abrigo de la dignidad, sin derechos estamos desnudos, a merced de la inclemencia. La inclemencia es el azar. No es buena idea dejar la salud mental en manos del azar”, explicó.
En este contexto García Copín planteó propuestas resolutivas en dos direcciones, reconociendo que es preciso actuar a varios niveles: “primero, crear una conciencia colectiva que haga de cortafuegos de una prevalencia desbocada; segundo: profundizar en los beneficios de la promoción de la salud mental en los ámbitos educativos y laborales; tercero: reconducir rápidamente los casos menos graves en Atención Primaria, de manera que se aligeren de carga las Unidad de Salud Mental y se pueda hacer un acompañamiento más profundo de los casos más graves”.
Para finalizar, y a escasas semanas de que expire el plazo de paralización temporal del Protocolo Adicional al Convenio de Oviedo, reivindicó la urgencia de que los ingresos e internamientos involuntarios y medidas coercitivas tiendan a desaparecer.
Para ello, propuso, como primer paso, “introducir el enfoque de derechos en todos los procesos que rodean a la salud mental, e implantar un sistema se atención integral psicosocial. Solo entonces habrá que valorar si concurre una urgencia vital, y que, a su vez, sea respetuosa con los derechos”.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width="1/2"][vc_single_image image="131002" img_size="full" add_caption="yes" onclick="link_image" css=""][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text css=""]A este alegato se sumó Guadalupe Morales, quien reivindicó el fin de los tratamientos forzados, la coerción, la tortura y otros tratos inhumanos “a los que están sometidas con demasiada frecuencia las personas con discapacidad psicosocial”.
Protocolo Adicional al Convenio de Oviedo
El Protocolo Adicional al Convenio de Oviedo que quedó paralizado hasta el 31 de diciembre de 2024, según decisión del Comité de Ministros del Consejo de Europa, que suspendió temporalmente la adopción de este documento.
El documento confunde coerción y cuidados, autoriza la privación de libertad de la persona con problemas de salud mental basada en la presunción de riesgo, no apoya ni promueve la creación de recursos alternativos en los que se respeten la voluntad y las preferencias de las personas y no da respuesta a las advertencias de los organismos más relevantes en el ámbito de los derechos humanos.
Entre las decisiones tomadas por el Comité de Ministros del Consejo de Europa, se encuentra proporcionar nuevas instrucciones al Comité Directivo de Derechos Humanos en los campos de la Biomedicina y la Salud para que complete antes del 31 de diciembre de 2024 un proyecto de recomendación que promueva el uso de medidas voluntarias en los servicios de atención de salud mental y un informe sobre la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en materia de salud mental.
En SALUD MENTAL ESPAÑA publicamos el año pasado el Informe ‘Tratamientos e ingresos involuntarios en salud mental’[1], elaborado junto al Instituto de Derechos Humanos Gregorio Peces-Barba de la Universidad Carlos III de Madrid, en el que cuestiona prácticas actuales en la atención sociosanitaria en salud mental.
Las contenciones mecánicas están consideradas como un acto de tortura por las Naciones Unidas. Es una deshumanización de la persona, y, sin embargo, se siguen practicando.
Las personas que han sufrido estos abusos admiten cómo estas prácticas, lejos de ayudarles a mejorar, han mermado más aún su salud mental.
[1]https://consaludmental.org/sala-prensa/jornada-tratamientos-ingresos-involuntarios-salud-mental/[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="1/4"][vc_btn title="VOLVER A NOTICIAS" style="gradient-custom" gradient_custom_color_1="#ffffff" gradient_custom_color_2="#ffffff" gradient_text_color="#005b50" shape="square" align="center" i_icon_fontawesome="fa fa-chevron-circle-left" add_icon="true" link="url:%2Fnoticias%2F|title:NOTICIAS||"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][/vc_row]
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SALUD MENTAL ESPAÑA participa en la Conferencia Europea para hablar sobre discapacidad, salud mental y derechos
19/11/2024
Basilio García Copín, vicepresidente de la Confederación, intervino en el foro internacional, donde aportó algunas claves para asegurar que discapacidad, buena salud mental y respeto a los derechos vayan de la mano.
Los últimos datos recabados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al año 2020, fijaban en 4,38 millones el número de personas con alguna discapacidad en España, lo que suponía algo más de un 9% de la población en ese momento. La OMS fija este porcentaje en el 15% a nivel global.
Son cifras que no pueden pasar desapercibidas, como tampoco se pueden obviar las necesidades de tantos millones de personas, que, en ocasiones, son necesidades especiales, pero que en la inmensa mayoría de los casos apenas difieren de lo que requiere una persona sin ninguna discapacidad.
Los últimos datos recabados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al año 2020, fijaban en 4,38 millones el número de personas con alguna discapacidad en España, lo que suponía algo más de un 9% de la población en ese momento. La OMS fija este porcentaje en el 15% a nivel global.
Son cifras que no pueden pasar desapercibidas, como tampoco se pueden obviar las necesidades de tantos millones de personas, que, en ocasiones, son necesidades especiales, pero que en la inmensa mayoría de los casos apenas difieren de lo que requiere una persona sin ninguna discapacidad.
En ella participó Basilio García Copín, vicepresidente de la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA, para hablar de la protección de la salud mental de las personas con discapacidad. García Copín compartió panel con Guadalupe Morales, vicepresidenta de la Red Europea de Ex Usuarios y Supervivientes de Psiquiatría y Nina Portolan, miembro del Comité de Juventud del Foro Europeo de la Discapacidad (EDF, por sus siglas en inglés), bajo la moderación de Kristijan Grdjan, vicepresidente de Mental Health Europe.
Guadalupe Morales destacó la necesidad de garantizar que todas las personas con discapacidad psicosocial tengan capacidad jurídica y libertad, y recordó que sus derechos están asegurados por la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, “pero a menudo no la conocen ni conocen sus derechos”.
Nina Portolan aportó la perspectiva de las y los jóvenes con discapacidad, quienes “todavía carecen en gran medida de acceso a la salud mental y a la atención sanitaria”, a lo que sumó “la criminalización de la salud mental que también está alejando a los jóvenes de buscar tratamiento”. Abordó también el tema de las nuevas tecnologías, denunciando las barreras que enfrentan las personas con discapacidad en el mundo digital y cómo afecta la salud mental de las y los jóvenes con discapacidad.
Basilio García Copín, por su parte, comenzó su intervención apelando a que “la salud mental es la condición primera del bienestar” para cualquier persona y aportó algunas claves para conseguir mejorar la salud mental de las personas con discapacidad, y en especial de aquellas con discapacidad psicosocial.
El vicepresidente de SALUD MENTAL ESPAÑA señaló como factor clave el asegurar la autoestima, la confianza y la seguridad de la persona. “La expresión de la salud mental tiene tres figuras: la autoestima, la confianza, y la seguridad. En un entorno accesible estas figuras tienen una lectura positiva, y la salud mental se fortalece. En un entorno no accesible estas figuras afectan a la salud mental, el entorno es hostil, tiene una lectura imposible, y el resultado es la impotencia, la ansiedad, o la depresión”, explicó García Copín.
En este sentido, consideró las mismas premisas para las personas con una discapacidad psicosocial, afirmando que “las personas con un trastorno mental pueden llegar a tener un buen estado de salud mental y bienestar”, si bien, puso el foco en la dificultad añadida del estigma, que hace más complejo el camino hacia esa seguridad, autoestima y confianza que propicia una buena salud mental.
García Copín explicó que además de una actitud individual de “superación, lucha e inconformismo”, es necesaria “una actitud colectiva, que es la inclusión, la adaptación, un clima de oportunidades. Si no concurre esta actitud colectiva se levanta una barrera, y aparecen las limitaciones. En el caso de la discapacidad psicosocial esta barrera es invisible y tiene que ver con el fenómeno del estigma”.
La importancia de transformar a la sociedad
Para García Copín es necesario trasformar las relaciones socioafectivas, las condiciones socioeconómicas y las condiciones sociosanitarias. “Es preciso – remarcó- que la gente tenga apoyos, y se fortalezcan los vínculos humanos, hay que luchar contra ese enemigo poderoso que es la soledad; que las personas tengan un proyecto de vida donde centrar su experiencia mental; y que puedan acceder a un sistema de recuperación de calidad, continuo, y que contemple la proyección social de la persona”.
En cuanto al vehículo para lograrlo, García señaló al Estado del Bienestar y a la necesidad urgente de asegurar y preservar los derechos de las personas con discapacidad. “Si acudimos a un simbolismo, los derechos son el abrigo de la dignidad, sin derechos estamos desnudos, a merced de la inclemencia. La inclemencia es el azar. No es buena idea dejar la salud mental en manos del azar”, explicó.
En este contexto García Copín planteó propuestas resolutivas en dos direcciones, reconociendo que es preciso actuar a varios niveles: “primero, crear una conciencia colectiva que haga de cortafuegos de una prevalencia desbocada; segundo: profundizar en los beneficios de la promoción de la salud mental en los ámbitos educativos y laborales; tercero: reconducir rápidamente los casos menos graves en Atención Primaria, de manera que se aligeren de carga las Unidad de Salud Mental y se pueda hacer un acompañamiento más profundo de los casos más graves”.
Para finalizar, y a escasas semanas de que expire el plazo de paralización temporal del Protocolo Adicional al Convenio de Oviedo, reivindicó la urgencia de que los ingresos e internamientos involuntarios y medidas coercitivas tiendan a desaparecer.
Para ello, propuso, como primer paso, “introducir el enfoque de derechos en todos los procesos que rodean a la salud mental, e implantar un sistema se atención integral psicosocial. Solo entonces habrá que valorar si concurre una urgencia vital, y que, a su vez, sea respetuosa con los derechos”.
A este alegato se sumó Guadalupe Morales, quien reivindicó el fin de los tratamientos forzados, la coerción, la tortura y otros tratos inhumanos “a los que están sometidas con demasiada frecuencia las personas con discapacidad psicosocial”.
Protocolo Adicional al Convenio de Oviedo
El Protocolo Adicional al Convenio de Oviedo que quedó paralizado hasta el 31 de diciembre de 2024, según decisión del Comité de Ministros del Consejo de Europa, que suspendió temporalmente la adopción de este documento.
El documento confunde coerción y cuidados, autoriza la privación de libertad de la persona con problemas de salud mental basada en la presunción de riesgo, no apoya ni promueve la creación de recursos alternativos en los que se respeten la voluntad y las preferencias de las personas y no da respuesta a las advertencias de los organismos más relevantes en el ámbito de los derechos humanos.
Entre las decisiones tomadas por el Comité de Ministros del Consejo de Europa, se encuentra proporcionar nuevas instrucciones al Comité Directivo de Derechos Humanos en los campos de la Biomedicina y la Salud para que complete antes del 31 de diciembre de 2024 un proyecto de recomendación que promueva el uso de medidas voluntarias en los servicios de atención de salud mental y un informe sobre la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en materia de salud mental.
En SALUD MENTAL ESPAÑA publicamos el año pasado el Informe ‘Tratamientos e ingresos involuntarios en salud mental’[1], elaborado junto al Instituto de Derechos Humanos Gregorio Peces-Barba de la Universidad Carlos III de Madrid, en el que cuestiona prácticas actuales en la atención sociosanitaria en salud mental.
Las contenciones mecánicas están consideradas como un acto de tortura por las Naciones Unidas. Es una deshumanización de la persona, y, sin embargo, se siguen practicando.
Las personas que han sufrido estos abusos admiten cómo estas prácticas, lejos de ayudarles a mejorar, han mermado más aún su salud mental.
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