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    [post_date] => 2023-09-28 14:36:06
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[vc_row][vc_column][vc_column_text]La salud mental del personal sanitario en España se resiente cada vez más. La falta de profesionales, con ello, la sobrecarga horaria, y con ella la incapacidad de conciliar; todo aderezado con unos salarios muy poco atractivos, bastante alejados de la media de la mayoría de los países de Europa. Noruega y Bélgica, que ocupan la segunda y tercera posición del ranking mundial, se posicionan como líderes de Europa. Islandia, Finlandia, Dinamarca, Italia, Portugal, Países Bajos, Austria, Irlanda, Suecia, República Checa y Alemania, también adelantan a España.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="1/4"][vc_single_image image="97570" img_size="full" add_caption="yes"][/vc_column][vc_column width="3/4"][vc_column_text]En SALUD MENTAL ESPAÑA hemos hablado con varias profesionales de la sanidad pública y hemos constatado, a partir de sus testimonios, que el sistema sanitario público en España y la profesión sanitaria, están cada vez más denostadas, lo que repercute directa y negativamente en la salud mental de las personas que la ejercen. Médicos, médicas, enfermeras y enfermeros, a quienes cuesta seguir adelante.

“Nunca acabas de ser médico. A mí me preguntan cosas médicas a cualquier hora del día. Cualquier persona. Yo he ido a la peluquería y he tenido que responder preguntas médicas. No desconectas nunca. Y eso va cargando. Haces lo que te gusta, pero, aun así, la sobrecarga te lleva a tal extremo que muchas de nosotras nos hemos planteado dejarlo y dedicarnos a otra cosa”. Este es el resumen que hace Nuria Relaño, médica en un centro de Atención Primaria de Badalona, sobre la situación en la que se encuentran muchos médicos y médicas de Atención Primaria, una de las especialidades más castigadas.

La doctora Relaño apunta a una realidad cada vez más presente en la profesión sanitaria, sobre la que todavía hay pocos estudios y datos que la refrenden, pero que existe: el abandono de la profesión, sobre todo en Atención Primaria, provocado por la sobrecarga y la precariedad y que, a su vez, genera más sobrecarga y más precariedad.

Después de la pandemia, Nuria estuvo durante un año de baja por un problema de salud mental. Ahora se ha recuperado, aunque de vez en cuando tiene alguna recaída y continúa con terapia y tratamiento farmacológico.

“La pandemia fue la gota que llenó el vaso”, explica la doctora; “si estás perfecta y antes has estado muy fuerte, puede que lo lleves mejor, pero yo ya estaba muy cansada, hice un esfuerzo importante, la situación en casa a nivel emocional era delicada y todo eso se junta”.

“Creo que la mayoría de profesionales nos hemos planteado en algún momento ir a terapia; lo hemos hablado muchas veces; lo que pasa es que no lo haces, porque vamos tirando”, reconoce Nuria.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="3/4"][vc_column_text]A unos pocos kilómetros de Relaño, trabaja la doctora María Delgado como adjunta de Medicina Interna en el Hospital Germans Trias i Pujol. En su caso, con dos hijas y un hijo, las dificultades para la conciliación derivadas de esta falta de personal se tornan en un estresor que acentúa su malestar emocional y lamenta que las políticas actuales no contemplen medidas que realmente permitan compaginar la vida laboral y la vida personal de manera efectiva y satisfactoria.

En este Servicio, sobre el papel, el número de médicos y médicas es el adecuado, sin embargo, en la práctica, faltan manos, ya que “actualmente solo la mitad de la plantilla lleva a cabo las tareas asistenciales del día a día propias de la planta, a lo que se suman las dificultades para cubrir las bajas”, dado que otros centros asistenciales ofrecen mejores condiciones laborales, según explica la doctora Delgado.

Las dificultades para ocupar plazas es otro de los grandes problemas, consecuencia directa del nivel al que se ha degradado a la profesión sanitaria.

En 2021, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid solo 17 profesionales de 224 que terminaron la especialidad en Medicina de Familia se quedaron a trabajar en la sanidad madrileña; y de las 82 plazas que se ofrecían de Pediatría, se ha cubierto solo una.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width="1/4"][vc_single_image image="97566" img_size="full" add_caption="yes"][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

“Somos víctimas de la política: nos venden el 24/7. Cuando quieras, donde quieras, puedes ir y te atenderán”.

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“Me genera mucho grado de ansiedad estar en consulta, que me interrumpan para atender otro caso urgente, o recibir un aviso de la enfermera cada vez que estoy intentando crear un clima de confianza para conocer más sobre un caso”. Un clima de confianza que para Tormo es crucial en el abordaje terapéutico.

“Esa relación de confianza y de conocimiento es lo que identifica a la Atención Primaria”, reclama esta médica de Familia. “Yo conozco al paciente. Le van sobreviniendo enfermedades que vamos lidiando juntos; unas las curamos, otras las cronificamos y otras simplemente las acompañamos. Sin embargo, con el COVID perdimos esa relación y para mí fue durísimo. Nos costó meses recuperar consultas nominales y entonces te encuentras cosas a las que si hubieras estado haciendo seguimiento no se habrían producido”.

La doctora denuncia que actualmente “somos víctimas de la política: nos venden el 24/7. Cuando quieras, donde quieras, puedes ir y te atenderán. Pero eso no es así. Tú no vas a Hacienda cuando quieras. Coges cita y te atienden; y si llegas tarde, no te verán. Creo que debería de haber un pacto de Estado por la Sanidad, que establezca unos mínimos a los que cualquier persona tuviera derecho”, reivindica.

Un estudio de la Universidad de Bergen, publicado en la revista científica ‘British Journal of General Practice’ (BJGP), certifica que contar con una buena Atención Primaria reduce un 30% la mortalidad, un 30% los ingresos hospitalarios, un 30% la asistencia a urgencias. Para esta doctora, los centros Atención Primaria “no somos centros de enfermedades; somos centros de salud y la salud está en la promoción y en la prevención”.

El informe ‘La situación de la salud mental en España’, elaborado por la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA y la Fundación Mutua Madrileña, recoge cierto malestar y desánimo entre los médicos y médicas de Atención Primaria, aunque se perciben diferencias entre comunidades autónomas. Las personas entrevistadas reconocieron vivir el ejercicio de la profesión desde un sentimiento de soledad, con bajo apoyo por parte de los poderes públicos y de la Atención Especializada en Salud Mental, y no confían en un cambio de la situación.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

Se percibe una “deshumanización de los gerentes. Hay que sacar el trabajo adelante y no se dan cuenta de que somos personas”

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="2/3"][vc_column_text]También en la lucha por la defensa de una mejor sanidad pública trabaja María Dolores Carballo Ruiz, enfermera del Hospital Gómez Ulla de Madrid y representante sindical de SATSE, quien refrenda la información de sus colegas.

Aunque afirma que su salud mental “ahora no está mal”, reconoce que “la precariedad laboral, la carga muy alta de trabajo, la falta de conciliación, los problemas familiares... son las principales razones o causas de los malestares emocionales y problemas de salud mental de las personas a las que atiendo en el sindicato”.

Carballo, que lleva 28 años en su hospital, siente “que estamos peor”. “Siento que ahora la disciplina es más estricta. En 2020 se produjo un cambio en recursos humanos y hemos ido a peor”, explica esta enfermera, quien siente una “deshumanización de los gerentes a la hora de trabajar. Hay que sacar el trabajo adelante y no se dan cuenta de que somos personas”.

María Dolores anuncia que se acaba de crear un comité específico para tratar casos de burn-out, de acoso laboral, etc., compuesto por psiquiatra, psicóloga y médico de salud laboral. “Espero que funcione, por la necesidad que tenemos de que se nos escuche”, anhela la enfermera.

Rol de cuidados y sesgo de género

La profesión sanitaria se ha ido feminizando cada vez más y desde 2017, según el INE, ya son más mujeres que hombres las que la ejercen. En 2021, el 52% eran médicas, frente al 48% de hombres. En el caso de la Enfermería, la feminización es aún más evidente, donde el 84% son mujeres.

Esto, unido a que el rol de cuidados sigue recayendo sobre la mujer, explica el hecho de que la falta de conciliación se perfile como uno de los principales estresores y condicionantes del malestar emocional entre profesionales de la sanidad pública.

Para la doctora Nuria Relaño “las profesiones más feminizadas son las profesiones más maltratadas y el que en esta cada vez haya menos hombres es el reflejo de que es una profesión que cada vez está más maltratada. Ya no tiene el prestigio que tenía, ya no da tanto dinero. Sin embargo, las mujeres todo lo aguantan”. [/vc_column_text][/vc_column][vc_column width="1/3"][vc_single_image image="98997" img_size="full" add_caption="yes"][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_separator][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Reportaje publicado en el nº 1 de la Revista Encuentro, 2023.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="1/4"][vc_btn title="VOLVER A NOTICIAS" style="gradient-custom" gradient_custom_color_1="#ffffff" gradient_custom_color_2="#ffffff" gradient_text_color="#005b50" shape="square" align="center" i_icon_fontawesome="fa fa-chevron-circle-left" add_icon="true" link="url:%2Fnoticias%2F|title:NOTICIAS||"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][/vc_row]

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“La sobrecarga te lleva a tal extremo, que muchas de nosotras nos hemos planteado dejarlo”

28/09/2023

Reportaje sobre la salud mental del personal sanitario en España. Publicado en la Revista Encuentro, nº 1 de 2023.

La salud mental del personal sanitario en España se resiente cada vez más. La falta de profesionales, con ello, la sobrecarga horaria, y con ella la incapacidad de conciliar; todo aderezado con unos salarios muy poco atractivos, bastante alejados de la media de la mayoría de los países de Europa. Noruega y Bélgica, que ocupan la segunda y tercera posición del ranking mundial, se posicionan como líderes de Europa. Islandia, Finlandia, Dinamarca, Italia, Portugal, Países Bajos, Austria, Irlanda, Suecia, República Checa y Alemania, también adelantan a España.

Nuria Relaño, médica en un centro de Atención Primaria de Badalona
Nuria Relaño, médica en un centro de Atención Primaria de Badalona

En SALUD MENTAL ESPAÑA hemos hablado con varias profesionales de la sanidad pública y hemos constatado, a partir de sus testimonios, que el sistema sanitario público en España y la profesión sanitaria, están cada vez más denostadas, lo que repercute directa y negativamente en la salud mental de las personas que la ejercen. Médicos, médicas, enfermeras y enfermeros, a quienes cuesta seguir adelante.

“Nunca acabas de ser médico. A mí me preguntan cosas médicas a cualquier hora del día. Cualquier persona. Yo he ido a la peluquería y he tenido que responder preguntas médicas. No desconectas nunca. Y eso va cargando. Haces lo que te gusta, pero, aun así, la sobrecarga te lleva a tal extremo que muchas de nosotras nos hemos planteado dejarlo y dedicarnos a otra cosa”. Este es el resumen que hace Nuria Relaño, médica en un centro de Atención Primaria de Badalona, sobre la situación en la que se encuentran muchos médicos y médicas de Atención Primaria, una de las especialidades más castigadas.

La doctora Relaño apunta a una realidad cada vez más presente en la profesión sanitaria, sobre la que todavía hay pocos estudios y datos que la refrenden, pero que existe: el abandono de la profesión, sobre todo en Atención Primaria, provocado por la sobrecarga y la precariedad y que, a su vez, genera más sobrecarga y más precariedad.

Después de la pandemia, Nuria estuvo durante un año de baja por un problema de salud mental. Ahora se ha recuperado, aunque de vez en cuando tiene alguna recaída y continúa con terapia y tratamiento farmacológico.

“La pandemia fue la gota que llenó el vaso”, explica la doctora; “si estás perfecta y antes has estado muy fuerte, puede que lo lleves mejor, pero yo ya estaba muy cansada, hice un esfuerzo importante, la situación en casa a nivel emocional era delicada y todo eso se junta”.

“Creo que la mayoría de profesionales nos hemos planteado en algún momento ir a terapia; lo hemos hablado muchas veces; lo que pasa es que no lo haces, porque vamos tirando”, reconoce Nuria.

A unos pocos kilómetros de Relaño, trabaja la doctora María Delgado como adjunta de Medicina Interna en el Hospital Germans Trias i Pujol. En su caso, con dos hijas y un hijo, las dificultades para la conciliación derivadas de esta falta de personal se tornan en un estresor que acentúa su malestar emocional y lamenta que las políticas actuales no contemplen medidas que realmente permitan compaginar la vida laboral y la vida personal de manera efectiva y satisfactoria.

En este Servicio, sobre el papel, el número de médicos y médicas es el adecuado, sin embargo, en la práctica, faltan manos, ya que “actualmente solo la mitad de la plantilla lleva a cabo las tareas asistenciales del día a día propias de la planta, a lo que se suman las dificultades para cubrir las bajas”, dado que otros centros asistenciales ofrecen mejores condiciones laborales, según explica la doctora Delgado.

Las dificultades para ocupar plazas es otro de los grandes problemas, consecuencia directa del nivel al que se ha degradado a la profesión sanitaria.

En 2021, por ejemplo, en la Comunidad de Madrid solo 17 profesionales de 224 que terminaron la especialidad en Medicina de Familia se quedaron a trabajar en la sanidad madrileña; y de las 82 plazas que se ofrecían de Pediatría, se ha cubierto solo una.

María Delgado como adjunta de Medicina Interna en el Hospital Germans Trias i Pujol
María Delgado como adjunta de Medicina Interna en el Hospital Germans Trias i Pujol

“Somos víctimas de la política: nos venden el 24/7. Cuando quieras, donde quieras, puedes ir y te atenderán”.

Isabel Tormo, médica de Atención Primaria en el centro de salud Doctor Cirajas, en Madrid
Isabel Tormo, médica de Atención Primaria en el centro de salud Doctor Cirajas, en Madrid

Isabel Tormo, médica de Atención Primaria en el centro de salud Doctor Cirajas, en Madrid, reconoce cómo le afecta este rechazo a ocupar plazas en Madrid. “Ahora mismo estoy en un momento de ansiedad anticipatoria”, afirma y expresa su preocupación por “si vamos a conseguir implantar los cambios que hemos conseguido a raíz de la huelga”.

“Me genera mucho grado de ansiedad estar en consulta, que me interrumpan para atender otro caso urgente, o recibir un aviso de la enfermera cada vez que estoy intentando crear un clima de confianza para conocer más sobre un caso”. Un clima de confianza que para Tormo es crucial en el abordaje terapéutico.

“Esa relación de confianza y de conocimiento es lo que identifica a la Atención Primaria”, reclama esta médica de Familia. “Yo conozco al paciente. Le van sobreviniendo enfermedades que vamos lidiando juntos; unas las curamos, otras las cronificamos y otras simplemente las acompañamos. Sin embargo, con el COVID perdimos esa relación y para mí fue durísimo. Nos costó meses recuperar consultas nominales y entonces te encuentras cosas a las que si hubieras estado haciendo seguimiento no se habrían producido”.

La doctora denuncia que actualmente “somos víctimas de la política: nos venden el 24/7. Cuando quieras, donde quieras, puedes ir y te atenderán. Pero eso no es así. Tú no vas a Hacienda cuando quieras. Coges cita y te atienden; y si llegas tarde, no te verán. Creo que debería de haber un pacto de Estado por la Sanidad, que establezca unos mínimos a los que cualquier persona tuviera derecho”, reivindica.

Un estudio de la Universidad de Bergen, publicado en la revista científica ‘British Journal of General Practice’ (BJGP), certifica que contar con una buena Atención Primaria reduce un 30% la mortalidad, un 30% los ingresos hospitalarios, un 30% la asistencia a urgencias. Para esta doctora, los centros Atención Primaria “no somos centros de enfermedades; somos centros de salud y la salud está en la promoción y en la prevención”.

El informe ‘La situación de la salud mental en España’, elaborado por la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA y la Fundación Mutua Madrileña, recoge cierto malestar y desánimo entre los médicos y médicas de Atención Primaria, aunque se perciben diferencias entre comunidades autónomas. Las personas entrevistadas reconocieron vivir el ejercicio de la profesión desde un sentimiento de soledad, con bajo apoyo por parte de los poderes públicos y de la Atención Especializada en Salud Mental, y no confían en un cambio de la situación.

Se percibe una “deshumanización de los gerentes. Hay que sacar el trabajo adelante y no se dan cuenta de que somos personas”

También en la lucha por la defensa de una mejor sanidad pública trabaja María Dolores Carballo Ruiz, enfermera del Hospital Gómez Ulla de Madrid y representante sindical de SATSE, quien refrenda la información de sus colegas.

Aunque afirma que su salud mental “ahora no está mal”, reconoce que “la precariedad laboral, la carga muy alta de trabajo, la falta de conciliación, los problemas familiares… son las principales razones o causas de los malestares emocionales y problemas de salud mental de las personas a las que atiendo en el sindicato”.

Carballo, que lleva 28 años en su hospital, siente “que estamos peor”. “Siento que ahora la disciplina es más estricta. En 2020 se produjo un cambio en recursos humanos y hemos ido a peor”, explica esta enfermera, quien siente una “deshumanización de los gerentes a la hora de trabajar. Hay que sacar el trabajo adelante y no se dan cuenta de que somos personas”.

María Dolores anuncia que se acaba de crear un comité específico para tratar casos de burn-out, de acoso laboral, etc., compuesto por psiquiatra, psicóloga y médico de salud laboral. “Espero que funcione, por la necesidad que tenemos de que se nos escuche”, anhela la enfermera.

Rol de cuidados y sesgo de género

La profesión sanitaria se ha ido feminizando cada vez más y desde 2017, según el INE, ya son más mujeres que hombres las que la ejercen. En 2021, el 52% eran médicas, frente al 48% de hombres. En el caso de la Enfermería, la feminización es aún más evidente, donde el 84% son mujeres.

Esto, unido a que el rol de cuidados sigue recayendo sobre la mujer, explica el hecho de que la falta de conciliación se perfile como uno de los principales estresores y condicionantes del malestar emocional entre profesionales de la sanidad pública.

Para la doctora Nuria Relaño “las profesiones más feminizadas son las profesiones más maltratadas y el que en esta cada vez haya menos hombres es el reflejo de que es una profesión que cada vez está más maltratada. Ya no tiene el prestigio que tenía, ya no da tanto dinero. Sin embargo, las mujeres todo lo aguantan”.

María Dolores Carballo Ruiz, enfermera del Hospital Gómez Ulla de Madrid y representante sindical de SATSE
María Dolores Carballo Ruiz, enfermera del Hospital Gómez Ulla de Madrid y representante sindical de SATSE

Reportaje publicado en el nº 1 de la Revista Encuentro, 2023.