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    [post_date] => 2024-02-16 10:20:46
    [post_date_gmt] => 2024-02-16 09:20:46
    [post_content] => [vc_row][vc_column][vc_column_text]Conocemos cómo se aborda la salud mental en la residencia pública de Santa María de Benquerencia y en una residencia privada en la Comunidad de Madrid. Ninguna de ellas cuenta con protocolos de prevención del suicidio ni con planes específicos de atención psicosocial.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="2/5"][vc_single_image image="121198" img_size="full" add_caption="yes" alignment="center"][/vc_column][vc_column width="3/5"][vc_column_text]En España, aproximadamente una de cada cinco personas tiene más de 65 años. Según el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), a nivel estatal hay un total de 5.485 centros residenciales[1] para personas mayores, el 73,9 % son de titularidad pública y el 26,1% privados, que ofertan un total de 407.085 plazas. De las 265.549 personas que viven en ellos, de manera temporal o permanente, el 69,9% son mujeres y el 74,3%, supera los 80 años.

Debido a la falta de redes de apoyo, a la situación de dependencia y a que los centros no cuentan con suficientes recursos especializados, las personas con trastorno mental que viven en residencias de mayores están muy expuestas a sufrir vulneraciones de derechos.

La residencia para personas mayores de Santa María de Benquerencia, en Toledo, acoge a entre 110 y 120 residentes. Alrededor de 13 de estas personas tienen diagnosticado algún problema de salud mental, tal y como apuntan desde la dirección del centro. Para atenderlas, hay un profesional de Psicología que acude una vez a la semana, de 9 a 15 h., y, además, cuentan con el servicio médico de geriatría, de lunes a viernes, en horario de mañana.

Se trata de un centro de titularidad pública gestionado por la Consejería de Bienestar Social de Castilla-La Mancha, en el que trabajan 110 profesionales.

En la Comunidad de Madrid, se encuentra otra residencia de mayores, en este caso privada, que es el hogar de 61 personas mayores. En ella trabajan 37 profesionales, nadie con perfil de Psicología. Sobre la posibilidad de que las personas residentes busquen atención psicológica por cuenta propia o de la familia, desde el centro indican que “sí es posible”, aunque “no suele ser habitual”.

Ninguna de las dos residencias cuenta con un plan de acogida específico para residentes con trastorno mental.

“El deterioro físico, neurológico o cognitivo puede tener un impacto significativo en la salud mental de las personas mayores”, explica Dalal Mouhajer, médica de la residencia privada. “La pérdida de autonomía y la necesidad de depender de otros para las actividades diarias pueden derivar en afecciones de la autoestima y la salud mental”, aunque, destaca Mouhajer,  “cada persona es única y reacciona de manera diferente a estos desafíos”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

“En las residencias, las pequeñas cosas se pueden volver especiales y maravillosas”.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="2/3"][vc_column_text]Ingresar en una residencia es otro reto para la salud mental. “Les afectan, y mucho, este tipo de situaciones en las que sí tienen familias que no pueden cuidarlos y hacen uso de este tipo de recursos. Se ven desubicados”, explica Beatriz Segura, terapeuta ocupacional de la residencia de Madrid. Por su parte, según la dirección de la residencia pública Santa María de Benquerencia, tras el ingreso en el centro, “en general, todos los residentes precisan un periodo de adaptación. Los que ingresan en este tipo de recurso suelen tener una dependencia muy avanzada (grado III)”. Por ello, las acciones encaminadas a promover su autonomía e independencia son primordiales. En la residencia pública, detalla su dirección, “se desarrollan actividades de psicomotricidad, un programa de fragilidad en el que se realiza el programa de ejercicio físico multicomponente (VIVIFRAIL) y entrenamiento en Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD)”. En la residencia privada, además de las sesiones de ABVD, la orientación temporo-espacial y la gerontogimnasia, a quienes pueden salir del centro se les propone “que continúen realizando actividades de la vida básicas instrumentales como coger diferentes medios de transporte o realizar compras”, explica Segura. Además, desarrollan distintas actividades de ocio, “pero lo que más éxito tiene son las salidas a la casa de Campo y la excursión en Navidad a la Plaza Mayor”, finaliza Segura. “En las residencias, las pequeñas cosas se pueden volver especiales y maravillosas”, sentencia. Si, en general, cuando irrumpe un problema de salud mental, el desconcierto en la persona y en su entorno es grande, en el caso de las personas mayores es aún mayor. En estos casos, hay un riesgo de confundir, e incluso invisibilizar, los diagnósticos de salud mental con deterioros cognitivos o neurológicos como el Alzheimer o las demencias. Desde la residencia Santa María de Benquerencia reconocen el riesgo, pero consideran que “es quizás menor que en los domicilios porque en los centros existe formación de los profesionales y se conoce mejor a los residentes”. En opinión de Dalal Mouhajer, “es cierto que se normaliza más un problema de salud mental en las personas mayores”, por lo que es recomendable realizar “evaluaciones exhaustivas” para “así poder brindar el tratamiento adecuado”.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width="1/3"][vc_single_image image="121178" img_size="full" add_caption="yes"][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Luz Kerguelen, enfermera de la residencia de Madrid, explica cómo se evalúan los aspectos de salud mental: “realizamos seguimientos diarios, si hay alguna conducta y/o episodio de heteroagresividad”. Además, indica que las alteraciones de la conducta y las bajas o nulas ingestas alimentarias son otras señales de alerta. Para Mouhajer, es muy importante promover el diálogo entre personas trabajadoras y residentes, “es de las principales maneras que tenemos de detectar a priori un comportamiento inusual, que nos pueda dar indicios del comienzo agudo de una posible enfermedad mental”. A la hora de suministrar la medicación, en personas con diagnóstico de salud mental que tienen pautado un tratamiento, “en principio se da vía oral, si detectamos que la esconde, tira, o escupe, la trituramos y la damos con comidas y/o postres”, dice la enfermera. Cabe destacar que, al amparo de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificada por España en 2008, los tratamientos involuntarios no respetan la autonomía y toma de decisión de las personas y son, por tanto, contrarios al enfoque de derechos humanos. Por ello, SALUD MENTAL ESPAÑA reivindica una atención psicosocial integral individualizada, dotada de los recursos suficientes, que provea a la persona de los apoyos necesarios para garantizar, en lo posible, el consentimiento informado en todas las actuaciones sociosanitarias.[/vc_column_text][vc_single_image image="121182" img_size="full" add_caption="yes"][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

“Actualmente, no hay ninguna acción protocolizada de prevención del suicidio”.

[/vc_column_text][vc_column_text]Uno de estos apoyos es el Documento de Instrucciones Previas, que sirve para detallar cómo queremos que se nos trate en los momentos en que somos incapaces de decidir. En el contexto residencial, optar por esta vía “no es lo habitual, pero se podría llevar a cabo”, opina Dalal Mouhajer. Kerguelen explica que “para todos los pacientes que están en seguimiento por Psiquiatría, tenemos un número de teléfono y/o mail para poder comunicarnos con su médico y comentar cualquier cambio en su estado basal. Es una relación fluida”. En situaciones de crisis, la dirección de la residencia de Toledo indica que la coordinación con los recursos públicos, así como los ingresos involuntarios en áreas de Psiquiatría, se gestionan “mediante el 112”. Y respecto a las situaciones de suicidio, confirman que “actualmente, no hay ninguna acción protocolizada de prevención del suicidio”. La práctica en la residencia de Madrid es similar: “no hemos tenido casos de suicidio, pero ideas suicidas de pacientes institucionalizados sí. No disponemos de protocolo para abordar este tipo de situaciones. Si tenemos residentes que están en una crisis y no está el doctor en ese momento, llamamos al 112 y solicitamos una ambulancia psiquiátrica. Acude al centro un equipo médico y, tras su valoración, se decide o no la derivación a la unidad de Psiquiatría. Si hay médico en el centro en ese momento, se llama al 112 y se deriva al módulo de Psiquiatría sin pasar por urgencias”, explica Kerguelen. Además, declara que “sí hay ingresos involuntarios” y que estos son gestionados a través de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid. Respecto al papel de las familias, la profesional expone que “la mayoría acude a las revisiones con Psiquiatría con su familiar y está al tanto del diagnóstico y tratamiento”. Sin embargo, se percibe la falta de formación, según la enfermera: “en muchas ocasiones, no saben manejar adecuadamente las crisis”. Las trabajadoras de la residencia de Madrid recalcan que la empatía y el compromiso son aptitudes esenciales para el trabajo “puramente vocacional” que se desarrolla en las residencias. “Nos enseña a ser pacientes, sin olvidarnos de ser humanos, pues los acompañamos en el momento más vulnerable de sus vidas, cuando más necesitan afecto, cariño y acompañamiento”.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_separator][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text][1] Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO). Servicios Sociales dirigidos a personas mayores en España. Diciembre de 2021. Reportaje publicado en el nº 2 de la Revista Encuentro, 2023.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width="1/4"][vc_btn title="VOLVER A NOTICIAS" style="gradient-custom" gradient_custom_color_1="#ffffff" gradient_custom_color_2="#ffffff" gradient_text_color="#005b50" shape="square" align="center" i_icon_fontawesome="fa fa-chevron-circle-left" add_icon="true" link="url:%2Fnoticias%2F|title:NOTICIAS||"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][vc_column width="1/4"][/vc_column][/vc_row] [post_title] => Un día en... Residencias de mayores, sin recursos para tratar la salud mental [post_excerpt] => Reportaje sobre la situación de la salud mental y su atención en las residencias de mayores. Publicado en el nº 2 de la Revista Encuentro de 2023. [post_status] => publish [comment_status] => closed [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => un-dia-en-residencias-mayores-salud-mental-revista-encuentro [to_ping] => [pinged] => https://consaludmental.org/centro-documentacion/revista-encuentro-n2-2023/ [post_modified] => 2024-02-16 11:36:47 [post_modified_gmt] => 2024-02-16 10:36:47 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://consaludmental.org/?p=121152 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 0 [filter] => raw )

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Un día en… Residencias de mayores, sin recursos para tratar la salud mental

16/02/2024

Reportaje sobre la situación de la salud mental y su atención en las residencias de mayores. Publicado en el nº 2 de la Revista Encuentro de 2023.

Conocemos cómo se aborda la salud mental en la residencia pública de Santa María de Benquerencia y en una residencia privada en la Comunidad de Madrid. Ninguna de ellas cuenta con protocolos de prevención del suicidio ni con planes específicos de atención psicosocial.

Dalal Mouhajer, médica de la residencia privada.
Dalal Mouhajer, médica de la residencia privada.

En España, aproximadamente una de cada cinco personas tiene más de 65 años. Según el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), a nivel estatal hay un total de 5.485 centros residenciales[1] para personas mayores, el 73,9 % son de titularidad pública y el 26,1% privados, que ofertan un total de 407.085 plazas. De las 265.549 personas que viven en ellos, de manera temporal o permanente, el 69,9% son mujeres y el 74,3%, supera los 80 años.

Debido a la falta de redes de apoyo, a la situación de dependencia y a que los centros no cuentan con suficientes recursos especializados, las personas con trastorno mental que viven en residencias de mayores están muy expuestas a sufrir vulneraciones de derechos.

La residencia para personas mayores de Santa María de Benquerencia, en Toledo, acoge a entre 110 y 120 residentes. Alrededor de 13 de estas personas tienen diagnosticado algún problema de salud mental, tal y como apuntan desde la dirección del centro. Para atenderlas, hay un profesional de Psicología que acude una vez a la semana, de 9 a 15 h., y, además, cuentan con el servicio médico de geriatría, de lunes a viernes, en horario de mañana.

Se trata de un centro de titularidad pública gestionado por la Consejería de Bienestar Social de Castilla-La Mancha, en el que trabajan 110 profesionales.

En la Comunidad de Madrid, se encuentra otra residencia de mayores, en este caso privada, que es el hogar de 61 personas mayores. En ella trabajan 37 profesionales, nadie con perfil de Psicología. Sobre la posibilidad de que las personas residentes busquen atención psicológica por cuenta propia o de la familia, desde el centro indican que “sí es posible”, aunque “no suele ser habitual”.

Ninguna de las dos residencias cuenta con un plan de acogida específico para residentes con trastorno mental.

“El deterioro físico, neurológico o cognitivo puede tener un impacto significativo en la salud mental de las personas mayores”, explica Dalal Mouhajer, médica de la residencia privada. “La pérdida de autonomía y la necesidad de depender de otros para las actividades diarias pueden derivar en afecciones de la autoestima y la salud mental”, aunque, destaca Mouhajer,  “cada persona es única y reacciona de manera diferente a estos desafíos”.

“En las residencias, las pequeñas cosas se pueden volver especiales y maravillosas”.

Ingresar en una residencia es otro reto para la salud mental. “Les afectan, y mucho, este tipo de situaciones en las que sí tienen familias que no pueden cuidarlos y hacen uso de este tipo de recursos. Se ven desubicados”, explica Beatriz Segura, terapeuta ocupacional de la residencia de Madrid. Por su parte, según la dirección de la residencia pública Santa María de Benquerencia, tras el ingreso en el centro, “en general, todos los residentes precisan un periodo de adaptación. Los que ingresan en este tipo de recurso suelen tener una dependencia muy avanzada (grado III)”.

Por ello, las acciones encaminadas a promover su autonomía e independencia son primordiales. En la residencia pública, detalla su dirección, “se desarrollan actividades de psicomotricidad, un programa de fragilidad en el que se realiza el programa de ejercicio físico multicomponente (VIVIFRAIL) y entrenamiento en Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD)”.

En la residencia privada, además de las sesiones de ABVD, la orientación temporo-espacial y la gerontogimnasia, a quienes pueden salir del centro se les propone “que continúen realizando actividades de la vida básicas instrumentales como coger diferentes medios de transporte o realizar compras”, explica Segura. Además, desarrollan distintas actividades de ocio, “pero lo que más éxito tiene son las salidas a la casa de Campo y la excursión en Navidad a la Plaza Mayor”, finaliza Segura. “En las residencias, las pequeñas cosas se pueden volver especiales y maravillosas”, sentencia.

Si, en general, cuando irrumpe un problema de salud mental, el desconcierto en la persona y en su entorno es grande, en el caso de las personas mayores es aún mayor. En estos casos, hay un riesgo de confundir, e incluso invisibilizar, los diagnósticos de salud mental con deterioros cognitivos o neurológicos como el Alzheimer o las demencias. Desde la residencia Santa María de Benquerencia reconocen el riesgo, pero consideran que “es quizás menor que en los domicilios porque en los centros existe formación de los profesionales y se conoce mejor a los residentes”.

En opinión de Dalal Mouhajer, “es cierto que se normaliza más un problema de salud mental en las personas mayores”, por lo que es recomendable realizar “evaluaciones exhaustivas” para “así poder brindar el tratamiento adecuado”.

Luz Kerguelen, enfermera, y Beatriz Segura, terapeuta ocupacional. Trabajadoras de la residencia de Madrid
Luz Kerguelen, enfermera, y Beatriz Segura, terapeuta ocupacional. Trabajadoras de la residencia de Madrid

Luz Kerguelen, enfermera de la residencia de Madrid, explica cómo se evalúan los aspectos de salud mental: “realizamos seguimientos diarios, si hay alguna conducta y/o episodio de heteroagresividad”. Además, indica que las alteraciones de la conducta y las bajas o nulas ingestas alimentarias son otras señales de alerta. Para Mouhajer, es muy importante promover el diálogo entre personas trabajadoras y residentes, “es de las principales maneras que tenemos de detectar a priori un comportamiento inusual, que nos pueda dar indicios del comienzo agudo de una posible enfermedad mental”.

A la hora de suministrar la medicación, en personas con diagnóstico de salud mental que tienen pautado un tratamiento, “en principio se da vía oral, si detectamos que la esconde, tira, o escupe, la trituramos y la damos con comidas y/o postres”, dice la enfermera.

Cabe destacar que, al amparo de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificada por España en 2008, los tratamientos involuntarios no respetan la autonomía y toma de decisión de las personas y son, por tanto, contrarios al enfoque de derechos humanos. Por ello, SALUD MENTAL ESPAÑA reivindica una atención psicosocial integral individualizada, dotada de los recursos suficientes, que provea a la persona de los apoyos necesarios para garantizar, en lo posible, el consentimiento informado en todas las actuaciones sociosanitarias.

residencias de mayores salud mental

“Actualmente, no hay ninguna acción protocolizada de prevención del suicidio”.

Uno de estos apoyos es el Documento de Instrucciones Previas, que sirve para detallar cómo queremos que se nos trate en los momentos en que somos incapaces de decidir. En el contexto residencial, optar por esta vía “no es lo habitual, pero se podría llevar a cabo”, opina Dalal Mouhajer.

Kerguelen explica que “para todos los pacientes que están en seguimiento por Psiquiatría, tenemos un número de teléfono y/o mail para poder comunicarnos con su médico y comentar cualquier cambio en su estado basal. Es una relación fluida”.

En situaciones de crisis, la dirección de la residencia de Toledo indica que la coordinación con los recursos públicos, así como los ingresos involuntarios en áreas de Psiquiatría, se gestionan “mediante el 112”. Y respecto a las situaciones de suicidio, confirman que “actualmente, no hay ninguna acción protocolizada de prevención del suicidio”.

La práctica en la residencia de Madrid es similar: “no hemos tenido casos de suicidio, pero ideas suicidas de pacientes institucionalizados sí. No disponemos de protocolo para abordar este tipo de situaciones. Si tenemos residentes que están en una crisis y no está el doctor en ese momento, llamamos al 112 y solicitamos una ambulancia psiquiátrica. Acude al centro un equipo médico y, tras su valoración, se decide o no la derivación a la unidad de Psiquiatría. Si hay médico en el centro en ese momento, se llama al 112 y se deriva al módulo de Psiquiatría sin pasar por urgencias”, explica Kerguelen. Además, declara que “sí hay ingresos involuntarios” y que estos son gestionados a través de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid.

Respecto al papel de las familias, la profesional expone que “la mayoría acude a las revisiones con Psiquiatría con su familiar y está al tanto del diagnóstico y tratamiento”. Sin embargo, se percibe la falta de formación, según la enfermera: “en muchas ocasiones, no saben manejar adecuadamente las crisis”.

Las trabajadoras de la residencia de Madrid recalcan que la empatía y el compromiso son aptitudes esenciales para el trabajo “puramente vocacional” que se desarrolla en las residencias. “Nos enseña a ser pacientes, sin olvidarnos de ser humanos, pues los acompañamos en el momento más vulnerable de sus vidas, cuando más necesitan afecto, cariño y acompañamiento”.

[1] Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO). Servicios Sociales dirigidos a personas mayores en España. Diciembre de 2021.

Reportaje publicado en el nº 2 de la Revista Encuentro, 2023.